El pasado lunes, en la residencia de las Esclavas del Sagrado Corazón de Madrid, se reunieron, invitados por Manos Unidas con motivo la presentación de su Campaña anual “Comparte lo que importa”, más de treinta personas que dedican su vida y sus esfuerzos a luchar contra el hambre y la pobreza en los lugares más recónditos de la tierra.
A lo largo de la jornada, supimos de los que realmente importa a todas estas personas, misioneros y socios locales de Manos Unidas, venidos desde Perú, Guatemala, México, Ecuador, Colombia, Congo, Madagascar, India, Camboya, Haití, Brasil, Angola, Camerún, Kenia, Madagascar, Timor o Zimbabwe, dispuestos a compartir, en todos los lugares de la geografía española donde se les abra una puerta, su testimonio de trabajo con los más desfavorecidos.
Ayer conocimos sus desvelos, sus dificultades, sus logros y avances. Aprendimos de su trabajo con personas que rara vez son noticia, que pocas veces llaman la atención de los medios de comunicación y difícilmente encuentran eco en nuestra sociedad. Carmen, Raquel, Marcela, Isabel, Eduardo, Jairo, Iván, Antonio, Wilmer, Pilar… todos ellos pusieron sobre la mesa historias de superación, de entrega, de solidaridad y de amor por el prójimo.
Gracias a su testimonio, supimos de su labor con mujeres indígenas y campesinas, capaces de reivindicar sus derechos y decir “basta” en las sociedades patriarcales que las maltratan e ignoran; con campesinos empobrecidos y expulsados de sus tierras por causas económicas y medioambientales; de niñas víctimas de la trata; de pescadores indígenas que dependen para sobrevivir de lo que obtengan de mares esquilmados; de los agricultores desposeídos de sus tierras por el avance imparables de la minería, de los monocultivos y del narcotráfico o de enfermos sin acceso a la sanidad…
En las próximas semanas, Manos Unidas va a poner todo su empeño en dar a conocer la impagable labor de apoyo al desarrollo que estas personas, que han convertido el compartir en un modo de vida, llevan a cabo con aquellos a quienes, en su reciente viaje a Perú y Chile, el papa Francisco llamó “sobrantes de la sociedad”.
Os invitamos a informaros de los lugares en los que podréis escuchar los testimonios de todos estos grandes luchadores, dispuestos a hacer realidad los “sueños truncados por la falta de oportunidades” de miles de personas abandonadas y excluidas, y a compartir lo que importa.