Hoy, Día Universal del Niño, en Manos Unidas volvemos los ojos hacia los millones de pequeños para quienes la calle es algo más que un lugar de tránsito. Millones de pequeños en los que se personalizan la mayor parte de los males que aquejan a la infancia más desfavorecida. Niños vulnerables, sin escuela, obligados a ganarse la vida mendigando, robando, vendiendo. Niños sin hogar o con familias desestructuradas, víctimas de abusos.
Hoy, Día Universal del Niño, en Manos Unidas volvemos los ojos hacia los millones de niños y niñas para quienes la calle es algo más que un lugar de tránsito. Esos millones de pequeños en los que se personalizan la mayor parte de los males que aquejan a la infancia más desfavorecida. Niños vulnerables, sin escuela, obligados a ganarse la vida mendigando, robando, vendiendo. Niños sin hogar o con familias desestructuradas, que son víctimas fáciles del abuso y la explotación por parte de adultos desaprensivos.
Limpiabotas, artesanos, ayudantes de camioneros y conductores de taxis, mendigos… Niños para quienes la obligación de trabajar ha dado al traste con su derecho fundamental a estudiar y, ¿por qué no? a jugar. Muchos de ellos están empleados de manera precaria en hoteles, comercios, obras de la calle, mercados o en el servicio doméstico. Beben, apuestan, roban, se drogan… Algunos son huérfanos, otros han preferido las calles al ambiente familiar. Y el denominador común para todos ellos es su alto grado de vulnerabilidad: la mayoría caen en redes de trata y tráfico de personas donde terminan forzados a ejercer la prostitución.
En Manos Unidas sabemos que una infancia cuidada y atendida es el mejor garante del desarrollo de las naciones y por eso hacemos de la protección de los más pequeños uno de nuestros principales objetivos. Sólo en el año 2016 aprobamos 120 proyectos destinados a la infancia, por un importe superior a seis millones de euros. La mayoría de estos proyectos, 104, se dedicaron al sector educativo por que la educación es la herramienta más potente para salir de la pobreza y garantizar el desarrollo de los pueblos.
En Manos Unidas nos empeñamos cada día en demostrar que, con el compromiso de todos, existe un futuro para estos pequeños que han dejado atrás la infancia demasiado pronto.
Por las laberínticas callejuelas de los barrios chabolistas de las afueras de Nairobi –conocidos como slums– sobreviven muchos niños huérfanos o abandonados por sus familias y a los que el Estado no es capaz de proteger. En el suburbio de Kahawa, situado entre dos de estas grandes barriadas marginales en las que la población vive en condiciones de máxima precariedad y hacinamiento, se encuentra el refugio Familia Ya Ufariji, una casa de acogida para niños de la calle gestionada por los misioneros Consolata desde 1998 y que ha recibido el apoyo de Manos Unidas.
En una de las muchas bocacalles del imbricado laberinto que configuran las arterias y vías de Hyderabad –capital del estado de Telangana, en el centro de la India–, asoma la Casa Don Bosco Rehabilitation Centre. Esta casa de acogida, gestionada por los padres salesianos, quienes llevan trabajando más de tres décadas en la India, es un recinto pequeño en el que las personas que lo habitan viven en armonía y tranquilidad, gracias, en gran medida, al proyecto que Manos unidas apoya y que lleva por nombre: “Programa de Rehabilitación y Reinserción Social para Niños y Niñas de la Calle”.
Las favelas son barrios marginales de las grandes urbes brasileñas, en los que imperan la violencia y el narcotráfico, y donde, en Manos Unidas, hemos comprobado que la educación es la mejor arma para acabar con estas lacras. En la comunidad del Coque (barrio de Joana Bezerra), habitan 12.629 personas que conviven diariamente con altos índices de desempleo y violencia urbana. Tras muchos años de trabajo con la organización local Ruas e Praças, en Manos Unidas conocemos bien esta favela de la ciudad de Recife, caracterizada por la precaria red de servicios públicos básicos como la educación, la salud y el transporte, lo que provoca que gran parte de población viva en condiciones de vulnerabilidad social.
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