Noticias Manos Unidas - Te lo mereces Asun
NOTICIAS 16 de marzo de 2011
La fuerza de la solidaridad
La Delegación de Huelva aprovechó el pasado día del Ayuno Voluntario para homenajear a una de sus voluntarias más especiales: Asunción Llamas Rojas quien, junto a una placa conmemorativa, recibió el agradecimiento de los miembros de su delegación, por su trabajo desinteresado y su contribución a hacer aún grande la labor de Manos Unidas.
¡¡Te lo mereces Asun!!
“Es digno de resaltar que sus muchas limitaciones físicas, no le impiden hacer trabajos manuales de todo tipo, elaborados y muy bonitos, que luego ofrece a sus conocidos y amigos, al tiempo surte a varias delegaciones de dichos trabajos, para que con ellos, se recauden fondos destinados a los fines de Manos Unidas.
En esta Campaña 52, la Delegación de Huelva ha asumido financiar dos proyectos, uno muy ambicioso y amplio en VIETNAM, y otro más pequeño en REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: “Un taller de costura para 90 jóvenes”. Este último, pensado para Asun, que con su ejemplo, bondad y alegría, estamos seguros de que podrá sacarlo adelante, junto con la diócesis.
Gracias de nuevo Asun, por tener tus MANOS tan llenas hacia el Tercer Mundo.
Qué Dios te bendiga y te colme de fortaleza, a ti y a tus compañeras del “Hogar María de Nazaret “.
Un abrazo de todo el equipo.
Asun es todo eso y mucho más
Asun una persona que, aunque con grandes limitaciones físicas, tiene un corazón que no tiene límites.
Es una persona que va en silla de ruedas, pero cuya alma viaja todos los días a miles de kilómetros de distancia para dar lo mejor de sí a otros a los que ni siquiera conoce.
Es alguien a quien, al momento de conocerla, ya adoras para toda la vida.
Es una persona que a veces desfallece, pero que al momento se recobra y toma las fuerzas que le falten de la fuerza de una misión, que ella sabe importante.
Asun me dijo una vez que algunas mañanas, al despertar, esos días en que se siente peor físicamente, piensa: “Dios mío, ¿para qué me tienes todavía aquí?, pero que al instante repara en su máquina de coser y dice: “¡Ya lo sé! Ya sé para qué estoy aquí, para hacer algo que tengo que hacer, que ha de hacerse y que sólo yo puedo hacer: ayudar a otros que me necesitan.”
Y es que Asun es así, nos ayuda a todos, a unos con sus labores y a otros con sus palabras, porque ella habla alto y claro. Alto como su espíritu y claro como sus ojos cuando sonríen y te dicen: “¡qué guapa estás¡ ¡ cómo me alegro de verte¡” y esa alegría se le sale por los ojos y te abraza y tú te sientes también alegre, animada, con una misión.
Asun es así, una llama de amor que prende a quien se acerca.
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