Noticias Manos Unidas - Por Japón
NOTICIAS 16 de marzo de 2011
Por Japón
Desde hace unos días, el mundo asiste sobrecogido a la situación de incertidumbre, miedo y dolor por la que atraviesa Japón. Horrorizados contemplamos, una vez más, las trágicas consecuencias que un fenómeno natural de enorme fuerza puede tener sobre los humanos y su obra. La naturaleza, de nuevo, nos ha hecho ver el lugar que realmente ocupa el hombre en el mundo. Solo ante fenómenos como el terremoto y el posterior tsunami, que han dejado a Japón, uno de los países tecnológica y económicamente más avanzados del mundo, en una situación de absoluta vulnerabilidad, es cuando nos planteamos nuestra verdadera dimensión.
Si existe alguna manera de poder definir con imágenes lo que significa la desolación, éstas son las de Japón, hoy. Las noticias, transmitidas en tiempo real, nos muestran un mundo devastado, ciudades y pueblos anegados y destruidos por la fuerza de la naturaleza donde, de cuando en cuando, aparece algún rastro de vida. Ni la mejor película de ciencia ficción podría reflejar una realidad como la que afecta al país nipón. Japón es hoy ejemplo de ruina, material y personal: numerosos pueblos han desaparecido del mapa, miles de personas permanecen desplazadas, sin un horizonte claro.
Sobre Japón se cierne, además, la sombra de una catástrofe nuclear sin precedentes, cuyas consecuencias, de llegar a producirse, son imprevisibles. En palabras de su primer ministro, el país se enfrenta al peor desastre después de la II Guerra Mundial.
Y ante esto, las redes sociales ayudan y se perfilan día a día como una de las mayores herramientas de comunicación ante acontecimientos de magnitud a gran escala. Empresas como Google con su servicio “Crisis response” están dando una cobertura de ayuda excepcional para personas que quieran encontrar familiares desaparecidos. Hasta el momento, unas 150.000 personas han utilizado esta útil herramienta que se puso en marcha en el terremoto de Haití.
El mundo nunca podrá acostumbrarse a situaciones como ésta, por mucho que se repitan cíclicamente. Las imágenes de Haití de hace catorce meses nos mostraban el dolor en su estado más puro, las de Japón exponen cómo en medio del caos puede existir el orden. Casi no hemos visto aflorar sentimientos, algo impropio de la cultura japonesa, pero los medios de comunicación nos han permitido convertirnos en testigos emocionados de la solidaridad del hombre con sus semejantes: con el familiar, con el vecino, con el desconocido…
Manos Unidas no trabaja en Japón, pero eso no nos impide manifestar nuestro dolor ante los últimos acontecimientos y menos aún, enviar todo nuestro apoyo al valiente pueblo nipón. Continuamos pendientes del desarrollo de los acontecimientos, convencidos de que el pueblo de Japón volverá a levantarse de nuevo, como lo ha hecho en otras ocasiones, con la misma fuerza y espíritu de superación que ha marcado su historia.
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