El corazón de Haití, con nombre y apellidos - Los Restavek- Haití

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NOTICIAS 14 de marzo de 2011

Los Restavek

No existen cifras oficiales, aunque se calcula que en Haití al menos 300.000 niños pertenecen a los restavek. No son niños de la calle, aunque algunos los consideran así, son más bien niños esclavos, los llaman “niños en domesticidad”.

Pero, ¿de dónde salen estos niños? Principalmente del engaño y de la pobreza. De repente, un día cualquiera, al campo llega una familia de la ciudad. Van a visitar a sus parientes y, de paso, a echar una mano a los vecinos más necesitados. Un milagro para aquellos padres desesperados que no pueden alimentar a todos sus hijos. Eligen a uno, niño o niña para que pueda buscar un futuro mejor acogido por esa familia, como un miembro más. A cambio de ayudar un poco en las tareas de la casa, el afortunado tendrá cobijo, comida y atención, como si de un miembro más de la familia se tratara.

La realidad es otra muy diferente: el niño se convierte en el sirviente de esa familia: hace las tareas de la casa, acarrea agua, cocina, acompaña a la escuela a los hijos de la familia y un largo etcétera de obligaciones, que le roban la niñez y la salud. Los restavek no reciben salario de ninguna clase y solo esperan el momento de hacerse mayores para poder liberarse. Mientras tanto sobreviven maltratados, mal nutridos, mal alojados, sin salario y sin ir a la escuela.

El Hogar Maurice Sixto, fundado por el sacerdote Jean Baptiste Miguel, quien lo llamó así en honor al sociólogo haitiano que denunció en su día esta situación, ha conseguido, en sus 22 años de existencia, autorización para que muchos de estos restavek acudan a clase a partir del medio día. Allí estudian y aprenden francés y reciben una amplia formación profesional en ebanistería, fontanería, cerrajería, horticultura o pastelería, que permitirá que en sus vidas se abra un puerta a un futuro algo más optimista.

Algún día, cuando por fin comience la reconstrucción de Haití, todos estos profesionales, forjados en el Hogar Maurice Sixto, serán más que necesarios para un país que empezará, orgulloso, a salir de décadas de opresión y olvido.

© Manos Unidas 2011

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