HAITÍ: Darling y Rose Elene

... una “casa” de unos 16 ó 18 metros cuadrados, de plásticos y cartones, en un barrio periférico de Puerto Príncipe. El 12 de enero había ido a jugar a casa de una amiguita. Darling estuvo bajo los escombros hasta las 11 de la mañana del día siguiente. Cuando la sacaron, tenía varias fracturas en piernas y brazos, y heridas profundas en ...

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NOTICIAS 23 de marzo de 2010

DARLING Y ROSE ELENE

Darling tiene 11 años, y va a cuarto de Primaria. Las ocho personas que componen su familia viven en una “casa” de unos 16 ó 18 metros cuadrados, de plásticos y cartones, en un barrio periférico de Puerto Príncipe.

El 12 de enero había ido a jugar a casa de una amiguita. Darling estuvo bajo los escombros hasta las 11 de la mañana del día siguiente. Cuando la sacaron, tenía varias fracturas en piernas y brazos, y heridas profundas en la cabeza y los brazos. Los servicios de emergencia la llevaron, como a otros muchos, a un hospital de la República Dominicana, cercano a la frontera, pero esto no lo supieron sus papás; sólo supieron que la “llevaron al hospital”. Pasaron varios días de angustia sin saber cómo ni dónde estaba.

El Padre Fredy la “descubrió” por casualidad, y se lo comunicó a sus papás. Poco después, él mismo la ingresó en un hospital de campaña instalado en Puerto Príncipe por una asociación solidaria portorriqueña.

Tiene unos enormes ojos de gran expresividad, y juega a la timidez girando y bajando su cabeza cuando le hablamos. Pero en su cara se ve la felicidad por sentirse bien.

Rose Elene, sin embargo, está triste. También tiene 11 años, y va a Tercero. Al caerse su casa de Carrefour, donde vivía con sus cinco hermanos y su papá (su madre murió hace tres años), una viga le cercenó una pierna, por debajo de la rodilla. Se maneja bastante bien con las muletas, pero aún no se acostumbra a la prótesis que le han puesto hace unos días. Su papá no tiene trabajo.

A Darling le quitarán la escayola del brazo izquierdo en unos días más, y le darán el alta. Tiene ganas de ir a la escuela, aunque no sabe dónde, porque la suya se cayó; además, muchos de sus amiguitos murieron. A Rose Elene no parece preocuparle su futuro escolar. La tristeza de su rostro lo es todo…

Las hemos dejado hablando entre ellas. ¿Qué se contarán?

© Manos Unidas 2004

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