Sangrienta Navidad en Nigeria

El 25 de diciembre, la asistencia a la iglesia para conmemorar el día de Navidad se convirtió en una trampa mortal para algunos los cristianos de Nigeria. Cerca de 40 personas murieron en los ataques con bombas perpetrados contra la comunidad cristiana por el grupo islamista radical Boko Haram (cuya traducción aproximada sería “la educación no islámica es pecado”), empeñado desde hace años en extender la sharia, ley islámica que ya se aplica en el Norte, por todo el país.

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NOTICIAS 28 de diciembre de 2011



Sangrienta Navidad en Nigeria



El 25 de diciembre, la asistencia a la iglesia para conmemorar el día de Navidad se convirtió en una trampa mortal para algunos los cristianos de Nigeria. Cerca de 40 personas murieron en los ataques con bombas perpetrados contra la comunidad cristiana por el grupo islamista radical Boko Haram (cuya traducción aproximada sería “la educación no islámica es pecado”), empeñado desde hace años en extender la sharia, ley islámica que ya se aplica en el Norte, por todo el país.

Desde la ciudad de Jos, reiteradamente castigada por la violencia, aseguran a Manos Unidas, que es muy difícil sentirse seguro en Nigeria: “Los tiempos son muy impredecibles, tanto cristianos como musulmanes viven en el miedo a lo desconocido, especialmente en Jos”.

“Desde que comenzó el conflicto en 2001 las sospechas han recaido en simpatizantes de amabas religiones ambos adherentes religión desde que comenzó el conflicto en 2001. Cada celebración islámica o cristiana se llevaba a cabo con miedo y les daban casos de asesinatos aislados en algunas partes de la ciudad”.

El problema se agravó, según nuestra fuente, con los atentados de 2010 y de la pasada Navidad. “Con los bombardeos la situación ha empeorado y la dimensión del conflicto es ahora otra”.

Detened las manos que siembran muerte

No es esta la primera vez que la violencia radical ataca a los cristianos en una fecha tan significativa para ellos y, según amenaza el portavoz del grupo extremista Abul-Qaqa no será la última. “Nunca habrá paz hasta que se cumplan nuestras peticiones”, señaló Abul-Qaqa. “Queremos que nuestros hermanos encarcelados sean puestos en libertad; la completa implantación de la «sharia» y la suspensión de la democracia y la Constitución”, añadió.

Todo ello ha provocado enérgicas condenas de gobiernos, organizaciones e instituciones internacionales. Uno de los primeros en reaccionar a los ataques ha sido Benedicto XVI quien, en el rezo del Ángelus del 26 de diciembre, se refirió a los atentados de esta manera: “He conocido con profunda tristeza los atentados que también este año en el día del nacimiento de Jesús han causado luto y dolor en algunas iglesias de Nigeria. Hago un llamamiento para que, con la ayuda de todas las partes sociales, se recupere la seguridad y la serenidad". Además, Benedicto XVI imploró a Dios que "se detengan las manos de los violentos, que siembran muerte" y que "en el mundo pueda reinar la justicia y la paz".

“En este momento –aseguró el Pontífice- quiero repetir con fuerza una vez más: la violencia es un camino que sólo conduce al dolor, la destrucción y la muerte. El respeto, la reconciliación y el amor son el único camino hacia la paz”.

Violencia sectaria

Doce estados de Nigeria comenzaron una aplicación estricta de la sharia en el año 2000, lo que ha sometido a la población, principalmente a los cristianos, a olas de violencia sectaria que han dejado ya miles de muertos.

En noviembre de 2008 uno de estos brotes provocó, en Jos del Norte, más de 200 muertos y un alto grado de destrucción: se quemaron miles de casas y de negocios pertenecientes tanto a musulmanes como a cristianos. Se estima que unos 30.000 desplazados tuvieron que vivir en campos durante las 2 primeras semanas del conflicto; unas 100 mujeres perdieron a sus maridos y cerca de 400 niños y jóvenes quedaron huérfanos.

Tras la normalización de la situación, un 20 por ciento de las familias afectadas, la mayoría viudas y huérfanos, se encontraron sin recurso alguno para levantar sus casas destruidas. Manos Unidas atendió la llamada de la diócesis de Jos y colaboró en la reconstrucción de 50 casas para otras tantas familias vulnerables.

Manos Unidas lleva trabajando en Nigeria desde 1990. En estos años se han apoyado 100 proyectos en el país africano: 13 agropecuarios, 39 educativos, 27 sanitarios y 21 sociales.





Algunas imágenes del proyecto






 


 


© Manos Unidas 2004

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