Christian Manga: "El desarrollo es una cadena, donde cada uno tenemos un papel"

Ayer, 25 de septiembre, el padre Christian Manga, senegalés y presidente del programa puesto en marcha en aquel país gracias al Convenio de colaboración Manos Unidas-AECID, pasó por la sede de los Servicios Centrales de la organización, y hablamos con él de algunas cuestiones que recogemos en esta breve entrevista.

Ayer, 25 de septiembre, el padre Christian Manga, senegalés y presidente del programa puesto en marcha en aquel país gracias al Convenio de colaboración Manos Unidas-AECID, pasó por la sede de los Servicios Centrales de la organización y le plantemos algunas cuestiones que recogemos en esta breve entrevista.

 

El pasado 25 de abril usted celebró sus bodas de plata como sacerdote. ¿Qué balance hace de estos 25 años?

Estoy muy contento de lo vivido. Los primeros años estuve dedicado al Seminario Mayor, donde cuidaba de los jóvenes que se preparaban para ser sacerdotes. Después de 6 años allí, comencé a ocuparme de una escuela y una parroquia en una pequeña localidad, donde empecé a trabajar por el desarrollo de la gente, lo que me ha llenado siempre el corazón, porque para mi el trabajo de sacerdote consiste en ocuparse de la persona entera, del alma y del cuerpo…un poco como Jesucristo lo hacía y el Evangelio nos ha enseñado.

Creo que en estos 25 años he ayudado a muchas personas a mejorar sus vidas. Hace ahora cuatro años tuvimos la gran alegría de firmar el Convenio AECID-Manos Unidas, que ha ayudado a una parte de la población, que puede parecer poco, pero es mucho. Por eso digo que estos 25 años de vida sacerdotal me han llenado mucho, porque he podido dar mucho a la gente, y estoy muy contento por ello.

Cuando visitó Manos Unidas para presentar la Campaña de 2007 usted dijo una frase importante: “El desarrollo de África es posible. África no está condenada a vivir dependiendo de occidente”. ¿Cómo se puede conseguir esto de verdad?

Sigo pensando lo mismo. Y conseguirlo de verdad es un poco lo que hacemos con Manos Unidas. En lugar de hacer las cosas desde el nivel más alto, desde el Gobierno, lo hacemos desde la base, con asociaciones locales, para que, así, las aportaciones vayan directamente a quienes lo necesitan. A veces es difícil, por la mentalidad que tienen, y además yo he podido constatar que la gente más que vivir, sobrevive, pero el cambio es posible, lo único que necesita es tiempo.

Además, la ayuda necesita también de un acompañamiento, para que, con el control del dinero que llega África, ésta pueda desarrollarse. Y por último, necesitamos gente del Norte que nos acompañe en los procesos, como ha hecho Manos Unidas, con el Convenio, no porque seamos niños pequeños a los que hay que vigilar, sino para controlar que las cosas, por las ganas que hay de mejora, no se hagan demasiado deprisa y mal.

También nos habló en 2007 de la importancia de la educación como motor para el desarrollo de cualquier país. ¿Qué avances ha habido desde entonces, y en este campo, en Senegal?

Hemos avanzado y mucho. Muchos chicos y chicas de la escuela que yo dirijo han llegado a la universidad, con una formación muy buena, y ahora trabajan. Para el desarrollo de África necesitamos formación escolar, porque hay muchas cosas que la gente no puede entender, y necesitan formación para saber y entender que el desarrollo es una cadena, donde cada uno tenemos un papel al lado del otro y donde nos completamos. Y donde no hay que mirar solo el interés propio e inmediato, sino un interés general a medio y largo plazo. De este modo podremos lograr un desarrollo integral y duradero.

En el encuentro regional que sirvió como acto de cierre del Convenio de colaboración Manos Unidas-AECID, usted pronunció un discurso en el que recordó que el final del Convenio no significaba el final del desarrollo en la zona, y qué solo se habían puesto las bases. ¿Qué más cosas hacen falta a partir de ahora?

Es un proceso largo. Hemos puesto en marcha las infraestructuras básicas. Pero ahora, lo que hace falta es que la gente se ponga a trabajar para producir, para superar lo que se ha invertido y poder hablar de verdadero desarrollo. Y también, conseguir la comercialización para la salida de la producción.

¿Cómo está influyendo la crisis mundial en Senegal?

La crisis se nota mucho, porque es evidente que todavía vivimos con dependencia de los otros. El turismo ha bajado mucho, también por las manifestaciones violentas que hubo tras las elecciones de este año. Y en cuanto al tema de la inmigración, nos llegan las noticias que nos muestran cómo está la gente en Europa, y ya hay inmigrantes que dicen la verdad sobre cómo viven en España. Muchos no regresan por vergüenza, y algunas personas ya se empiezan a dar cuenta de que no es la solución, pero la mayoría sigue mirando a Europa y a España como la tierra prometida.

Por Pilar Seidel- Manos Unidas

Christian Manga. Foto: Manos Unidas/Javier Mármol

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