Óscar Bazoberry: "Los campesinos no son un asunto del pasado, sino del futuro"

En el número 194 del Boletín de Manos Unidas, publicamos parte de la entrevista que, con motivo de su participación en la campaña "Un mundo nuevo, proyecto común", hicimos a Óscar Bazoberry, Coordinador General del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica, que lleva más de veinte años trabajando por el desarrollo rural en Bolivia.

En el último número del Boletín de Manos Unidas, publicamos parte de la entrevista que, con motivo de su participación en la campaña "Un mundo nuevo, proyecto común", le hicimos a Óscar Bazoberry, Coordinador General del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica, y que lleva más de veinte años dedicado a investigar y promocionar el desarrollo rural en Bolivia.

Por Pilar Seidel

 

Óscar Bazoberry lleva más de veinte años dedicado a investigar y promocionar el desarrollo rural en Bolivia. Nació en Tarija, ‘la ciudad de las flores’,  y obtuvo la maestría en investigación en ciencias sociales para el desarrollo en La Paz. Desde entonces, su vida se ha centrado en buscar soluciones para mejorar el aprovechamiento de la tierra y sobre todo, la vida de los que la trabajan. Actualmente es el Coordinador General del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica, a quien Manos Unidas ha financiado un proyecto de diagnóstico en el Chaco.

Manos Unidas ha financiado parte del proyecto de desarrollo en el Chaco, entre Bolivia y Paraguay. ¿Qué tiene de especial este proyecto?

Lo interesante de este proyecto es que hay muy pocas posibilidades de hacer estudios e intervenciones transfronterizas reales. Con Manos Unidas, trabajamos con muchas comunidades indígenas y campesinas de ambos Chacos (boliviano y paraguayo) en una metodología de reflexión colectiva. Ayudamos a que mucha gente visitara uno y otro lado, organizamos unas bonitas caravanas de dirigentes, hombres, mujeres, jóvenes… para que interactuaran y trataran de imaginar la construcción de un espacio común. A veces uno cree conocer al vecino pero cuando realmente interactúa con él se da cuenta de que no lo conoce. El proyecto nos permitió conocernos e interactuar en un proceso muy largo gracias al que creamos lazos de amistad.

Una buena parte del proyecto tiene que ver con el trabajo en red, la creación de una página web y el fortalecimiento de relaciones, ¿qué nos puedes contar acerca de este aspecto del proyecto?

Pusimos un especial énfasis en los medios de comunicación, que muchas veces presentan un carácter local específico y no salen de ese entorno. Si los medios de comunicación interactuaran mejor entre ellos, podrían permitir que la población tenga también una forma de razonar el espacio que va más allá de su comunidad o municipio. Esto es importante porque lo que está pasando en una región puede terminar afectando al conjunto del territorio.

El Instituto para el Desarrollo Rural en Sudamérica, fundado en el año 2009, promueve políticas públicas de desarrollo rural para fortalecer las condiciones de vida de los habitantes del continente sudamericano. ¿Qué metas os proponéis a corto y a medio plazo?

El Instituto tiene como propósito que todas las experiencias a nivel local se visibilicen en un contexto mayor. Tenemos un sistema de comunicación muy importante, que informa sobre temas de desarrollo rural en Sudamérica. Utilizamos lo que llamamos casos inspiradores, es decir, familias que han accedido a la tierra en los últimos quince años y que están ejerciendo una actividad económica allí y por ello se sienten satisfechos con su vida.

A partir de estos casos inspiradores esperamos mostrar a la población urbana, a los gobiernos y a las demás instancias públicas que es necesario establecer políticas específicas para vigilar el acceso a la tierra en el futuro. Los campesinos no son un asunto del pasado, sino del futuro. Es necesario dar facilidades para que todo el que quiera retornar al campo tenga posibilidades.

¿El “Movimiento por la tierra” va también en esa línea?

El Movimiento por la Tierra es una articulación regional, una nueva propuesta preocupada por la problemática de la tierra y el territorio en el siglo XXI, el uso y acceso a la tierra desde un enfoque de derechos campesinos e indígenas.

Esperamos que mucha gente apoye el movimiento, y que de esta manera se pronuncie a favor de la economía campesina y de la cultura campesina indígena, y a favor de que los gobiernos les presten más atención.

En busca de un desarrollo rural sostenible

Además de tu trabajo en el Instituto, te dedicas a la docencia en la Maestría de desarrollo de la sostenibilidad. ¿Qué bases transmites a tus alumnos?

Hay un nuevo entusiasmo por el campo. Hay una feminización no solo de las campesinas sino de las profesionales que se dedican a desarrollo rural. Las Maestrías de desarrollo rural, no solo en Bolivia, sino en general en Sudamérica, están fortaleciéndose. Los alumnos tienen muchas preguntas para construir una nueva base teórica,  y esto reafirma el compromiso de los docentes y estudiantes. Es una ciencia multidisciplinaria, que está en construcción.

En Bolivia, la temporada de lluvias se ha adelantado desde septiembre, lo que ha generado pésimas consecuencias: 46800 familias se han visto damnificadas por las inundaciones. ¿Crees que esta variación ha tenido relación con el cambio climático?

En las inundaciones ha influido mucho el cambio climático, pero también la falta de prevención. No podemos saber exactamente cuánta culpa tiene cada uno de estos factores. Lo que nos preocupa más es que este tipo de situaciones modifican los entornos sociales. Cuando se actúa en situación de emergencia, a la gente se le desplaza de sus lugares de origen, o se cambian hábitos de cultivo. Por supuesto, la gente pobre suele ser la más afectada.

¿Cómo actúan frente a una tragedia de estas características?

Cuando hay una inundación, una sequía o una helada, a la gente se le desplaza de sus lugares de origen, o se cambian hábitos de cultivo. No tenemos suficientes bancos de semillas locales para poder reponerlas. Tenemos que trabajar más, tanto los países como el sistema mundial de ayuda a emergencias, para que las intervenciones fortalezcan la capacidad de resistencia de la gente y para que no les debilite a largo plazo.

Evo Morales y la situación política de Bolivia      

Evo Morales ha cumplido dos legislaturas y está pensando en presentarse a las elecciones por tercera vez. ¿Qué supuso su llegada al país? ¿Ha cumplido las expectativas del pueblo boliviano?

Para nosotros los bolivianos la llegada de Evo Morales corona un gran proceso de ciudadanía. Contar con un presidente de ascendencia indígena sindical es muy importante y tener ministros de ascendencia indígena, campesina u obrera es un cambio muy profundo porque presentan otras maneras de ver la dinámica pública.

El sistema de salud va avanzando, la riqueza se distribuye más ampliamente entre la población, se han organizado los recursos de manera distinta, la relación con otros países se acerca más a lo que llaman diplomacia entre los pueblos, existe una nueva mirada estatal de la economía…Aún así, a los bolivianos nos preocupa la independencia o autonomía de las organizaciones sociales. Si pierden autonomía, pierden capacidad de representación de la sociedad civil, lo cual puede ser un problema a largo plazo.

Mirando al futuro

En menos de un año llegamos a la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). ¿Qué espera de los que les sucederán, los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

Lo que esperamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es que reconozcan y encuentren las formas de redistribuir la riqueza valorando también los modos de vida de los campesinos indígenas; es decir, que no sean criterios solamente urbanos occidentales, sino criterios más universales, acordes a este mundo plural.

Como invitado de la Campaña 55 de Manos Unidas, ¿qué mensaje le gustaría que los españoles retuvieran en la cabeza después de su paso por España?

Para mí fue llamativa la pregunta que se hizo en el lanzamiento de campaña, acerca de si en los momentos de crisis económica las instituciones consiguen reflexionar sobre los procesos de desarrollo. Es necesario enfatizar aún más en estos procesos, ser más críticos y crear espacios de análisis. Las crisis son globales, así que son importantes las relaciones de solidaridad de unos con los otros. Además, esto fomenta un diálogo más horizontal, de interaprendizaje. De hecho, el octavo Objetivo del Milenio nos invita precisamente a eso, a fomentar los lazos entre diferentes naciones y culturas para encontrar un camino común.

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