Por Isaac Holterman (Estudiante del Boston College, voluntario en Manos Unidas durante el verano de 2014).
A pesar de que el calentamiento global se considera un problema que solo afecta a los países industrializados, la subida de la temperatura en la Tierra, asociada al cambio climático, se manifiesta y se produce también en las naciones más desfavorecidas. Allí, donde las altas tasas de pobreza impiden satisfacer las necesidades básicas humanas, muchas veces se ponen en marcha proyectos de desarrollo en los que no se tienen en cuenta los efectos sobre el medioambiente.
En Manos Unidas estamos apoyando, en el estado indio de Karnataka, el proyecto de “Energía Sostenible y Renovable”, que contribuye a mejorar el día a día de familias pobres de la zona rural, por medio del uso de energías renovables sostenibles y respetuosas con el medioambiente.
Una de las actividades puestas en marcha por esta iniciativa ha sido la instalación y el uso de estufas Sarala (ecológicas) y de cocinas solares, para reducir o terminar con el uso de leña y de combustibles fósiles. Además la eliminación del humo y de los gases de escape estas actividades están contribuyendo a crear un ambiente que mejora la salud de los beneficiarios del proyecto.
Este proyecto, además de conseguir incrementar los ingresos de muchas familias pobres de la región, ha demostrado que se pueden cumplir los objetivos de desarrollo fomentado la sostenibilidad ambiental y reduciendo los efectos del calentamiento global.
En cuanto a la agricultura, se ha trabajado para sustituir el uso de pesticidas y de abonos químicos, tan extendido entre los campesinos de la zona, por el abono ecológico a base de lombrices. Además de cuidar la tierra, con la sustitución de los pesticidas por agricultura orgánica, los beneficiarios consiguen un ahorro al no tener que comprar productos químicos.
Además, con este proyecto se ha sustituido la más que deficiente red de iluminación en las comunidades, que daban solo tres horas de luz poco intensa y se cortaba continuamente, por lámparas solares que permiten la actividad nocturna en el interior de las viviendas y, sobre todo, contribuyen a la mejora de la educación de los más pequeños, que pueden hacer los deberes en condiciones mucho más aceptables.
A veces, resulta difícil imaginar cómo avances así de pequeños puedan cambiar la vida de tantos beneficiarios, pero estos logros suponen una auténtica victoria para estas familias campesinas y sobre todo para los niños, que afrontan un futuro más brillante, y son una ayuda también para el planeta.
En Manos Unidas, conscientes de que dotar de oportunidades a los seres humanos no excluye la protección del medioambiente, hemos hecho de la sostenibilidad medioambiental un requisito fundamental para la aprobación de los proyectos en los que colaboramos.