Manos Unidas acude a la llamada del padre Velasco desde el Bañado de Tacumbú, que pide ayuda para paliar las consecuencias de las lluvias de finales de 2015 en Paraguay, que han inundado la barriada donde habitan “campesinos expulsados de sus tierras, las familias sin trabajo o con trabajos informales, los pobres extremos”.
A finales de 2015, las lluvias torrenciales y continuas que se registraron en Paraguay, agravadas y potenciadas como consecuencia del conocido "Fenómeno del Niño", provocaron una gran crecida del nivel del río, que alcanzó la cota de 7,85 metros, la máxima registrada desde 1904, y que provocó su desbordamiento en Asunción, donde anegó las tierra bajas de la ciudad y los barrios marginales, denominados Bañados, lugares potencialmente inundables que se ubican en la misma orilla del río.
“Esta es la situación más difícil que hemos sufrido en Asunción. Nunca en año y medio habíamos soportado tres inundaciones con la amenaza de que al terminar la actual en febrero tendremos en mayo otra más grande; nunca el río Paraguay de un caudal inmenso y lento en sus descensos y aumentos de nivel había subido en cincuenta días cuatro metros y medio. Unas 100.000 personas en Asunción hemos tenido que abandonar nuestros hogares”.
Manos Unidas ha acudido a la llamada del padre Pedro Velasco, que lidera la organización CAMSAT (Centro de Ayuda Mutua, Salud para Todos) y que trabaja y vive en el Bañado de Tacumbú, compartiendo penas y alegrías con sus vecinos, “campesinos expulsados de sus tierras, las familias sin trabajo o con trabajos informales, los pobres extremos…”.
El religioso español nos solicita ayuda para atender a las necesidades más perentorias como la adquisición de medicamentos, alimentos y material sanitario, así como lo más preciso para acondicionar los barracones donde se han ubicado las familias damnificadas: servicios higiénicos y demás infraestructuras de emergencia. Manos Unidas mantiene un contacto permanente con el P.Pedro Velasco, quien se responsabiliza de que la ayuda llegue a los más necesitados en las mejores condiciones. Se calcula que la situación de emergencia pueda prolongarse durante unos seis u ocho meses más. Los beneficiarios de esta ayuda de emergencia, cercana a los 25.000 euros, son las 1.847 familias del Bañado, unas 7.000 personas.
“Todos hemos tenido que salir del Bañado. Nuestra forma de trabajar es la de continuar con los programas que tenemos aún con inundaciones. Hemos tenido gastos muy importantes en el traslado. La casa que tenemos, gracias a un proyecto de Manos Unidas, en zona no inundable para casos de emergencia tenemos que ponerla a punto pues durante mucho tiempo ha estado poco utilizada y en ella estamos continuando con los programas de salud, créditos solidarios, radio comunitaria y otros. Queremos apoyar a las 1.800 familias asentadas en un refugio de muchas formas en la provisión y mantenimiento de servicios básicos, como baños, duchas, elementos para la casita provisoria (chapas y terciadas), alimentos para los que se han quedado sin trabajo y familias en extrema pobreza, medicamentos, pañales para niños y adultos.
La emergencia nos supone gastos importantes, tenemos que habilitar en el refugio un espacio que sirva de capilla, sitio de reuniones, etc”.
"Comenzamos el año habiendo superado lo más difícil y con la triste perspectiva de una larga permanencia en los refugios. Pero todo esto es una cara de la moneda.
Los pobres tienen una capacidad para la esperanza y la resistencia inaudita. En el caso del Bañado Tacumbú y de la organización más grande del mismo (CAMSAT), tenemos motivos para la alegría en medio de esta tragedia. Hemos tenido la solidaridad en primer lugar de mucha gente del Bañado, gente de la Parroquia, de CAMSAT, jóvenes, personas que se han ofrecido para coordinar trabajos, también de personas de Asunción, algunas desde hace tiempo comprometidas con nosotros en la lucha por superar la pobreza, otras que se han sumado ahora.
Nuestra gente ha sentido un trato respetuoso, cercano y fraterno cosa que no suele ser normal cuando se ayuda a los pobres".