Monseñor Omella, obispo consiliario de Manos Unidas durante 16 años, es erigido cardenal

En una ceremonia celebrada ayer en el Vaticano, y presidida por el papa Francisco, el actual arzobispo de Barcelona asumió este nuevo servicio a la Iglesia católica. Manos Unidas, que recibió con alegría la noticia del nombramiento, estuvo representada por sus más altos cargos.

 

El Papa Francisco creó ayer cinco nuevos cardenales entre los que se encuentra el español Juan José Omella (Teruel, 1946), actual arzobispo de Barcelona y obispo consiliario de Manos Unidas entre 1999 y 2015.

Junto a Monseñor Omella, el Papa impuso el birrete cardenalicio, el anillo y el título al arzobispo de Bamako, en Mali, Jean Zerbo; al obispo de Estocolmo, Anders Arborelius, el primer obispo católico de Estocolmo tras la Reforma Protestante; al vicario apostólico de Pakse, en Laos, Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, y al obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chavez, amigo personal del obispo mártir Oscar Romero.

Y durante su homilía, les instó a ejercer su nuevo cargo sin distraerse de la realidad que forman “los inocentes que sufren en las guerras” o en “los campos de refugiados que son más como “un infierno” que como “un purgatorio”. "La realidad, les dijo el Pontífice, son los inocentes que sufren y mueren a causa de las guerras y el terrorismo; es la esclavitud que no cesa de pisar la dignidad también en la época de los derechos humanos; la realidad es la de los campos de prófugos que a veces se asemejan más a un infierno que a un purgatorio; la realidad es el descarte sistemático de todo lo que ya no sirve, incluidas las personas".

Un servicio a la Iglesia

En declaraciones a la prensa internacional en las horas previas a la ceremonia, Monseñor Omella ya recalcaba la forma en la que entendía el nombramiento: "es un gran servicio a la Iglesia, si cabe aún más, pero en la clave de servicio que nos enseña el Papa (...) servir a la comunidad cristiana, servir al Pueblo de Dios, y servir a la sociedad a la que hemos sido enviados". 

Y en esa misma clave de servicio se desarrolló su trabajo durante los 16 años en los que fue obispo consiliario de Manos Unidas. Durante ese tiempo, además de las labores propias del cargo (tanto pastorales como de gobierno), tuvo la oportunidad de visitar alguno de los proyectos de desarrollo que la organización apoya en Mozambique, país del continente donde él había sido misionero durante un año. 

"Cuando se tiene la oportunidad de viajar a los pueblos del Tercer Mundo uno regresa con el corazón encogido al ver las carencias que tienen esos pueblos y la miseria que les rodea en muchos casos, pero consolado al comprobar que no pierden la alegría y la esperanza. En el corazón de la gente de esos países del Sur hay muchos valores humanos que nos edifican y, de manera especial, a mi me impresiona cómo viven la fe en Dios. Sí, la pobreza y las dificultades no les alejan de Dios, no les llevan a renegar de Él, sino a poner más firmemente su confianza en Él, a abandonarse más en sus manos. Curiosamente, en contacto con la gente de esos países uno se siente llamado a ser más humano y más creyente", expresa tras volver de Mozambique".

En el momento de su despedida, comentaba en una entrevista para la revista de la organización, la enorme tarea que aún quedaba por hacer: "erradicar el hambre en el mundo. Deseo de todo corazón que la solidaridad prenda en los corazones de todos y, de manera especial, en los gobiernos de las naciones desarrolladas. Pido que los gobiernos sigan dedicando parte de sus presupuestos a la Cooperación al Desarrollo y que no se deje en la estacada a los países más pobres. Que se les ayude a salir de su pobreza y que la gente no tenga que emigrar en busca de pan para ellos y para sus familiares. Y que sepamos acoger a todos los que llegan a nuestras naciones en busca de trabajo y de alimento. Son hermanos necesitados, necesitan nuestra ayuda. Trabajemos todos juntos para hacer un mundo más justo y solidario".

Representación institucional

Manos Unidas, que recibió con alegría la noticia del nombramiento, estuvo representada ayer en Roma por una representación institucional. Hoy jueves, junto con otros miembros de comitiva española desplazada a Roma, han participado en la Misa de Acción de Gracias.

  

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