Desde el año 1959, cuando se inició la Campaña en España, en la inicial declaración de intenciones de las Mujeres de Acción Católica, ya se apuntaba la voluntad de que la organización debía, además de financiar proyectos en los países en desarrollo, ir a la raíz del problema y luchar contra las causas del hambre.
Para hacerlo nos impusimos una tarea que, junto con la financiación de los proyectos, es fundamental para Manos Unidas: la educación para el desarrollo. Se considera que:
“todas aquellas acciones encaminadas al cambio de estructuras, valores, actitudes y comportamientos que favorezcan la construcción de un mundo más justo y una sociedad más solidaria» constituyen la educación para el desarrollo.
Partiendo de la convicción de que todos los seres humanos tienen derecho por igual a una vida plena, esta educación tiene como centro a la persona; se trata de impulsar una cultura de la solidaridad, entendiendo, con el papa Juan Pablo I, que:
“La solidaridad no es un sentimiento superficial y vago por los males que sufren tantas personas cercanas y lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de trabajar por el bien común, es decir, por el bien de todos y cada uno, porque todos somos de verdad responsables de todos”.
El reconocimiento de que vivimos en un mundo cada vez más interdependiente -globalizado- nos acerca la realidad y los problemas de otros seres humanos e impide que nos quedemos indiferentes. Por ello, en Manos Unidas se piensa que no se trata sólo de dar un donativo, sino que hay que ir más lejos, hay que modificar el modelo y el ritmo del desarrollo, pues la plena igualdad de derechos para el mundo entero exige cambios importantes en las estructuras que han llevado a millones de personas a morir de hambre y a vivir oprimidos por la pobreza y la marginación.
A partir de estas convicciones, Manos Unidas se ha aplicado con decisión a impulsar la educación para el desarrollo. Al principio fue a través de su Boletín y de los medios de comunicación, en la medida que tenía acceso a ellos. También en colegios y escuelas se realizaban concursos escolares sobre temas relacionados con el Tercer Mundo.
Ya en los Estatutos de 1993 se incluye expresamente esa tarea educativa entre los fines de la asociación, con dos objetivos claros:
Para alcanzar estos objetivos, Manos Unidas desarrolla diferentes actividades: informativas formativas, educativas y de incidencia política.
Con las actividades informativas, Manos Unidas busca dar a conocer las desigualdades e injusticias que existen, así como las causas estructurales que son responsables.
Entre otros materiales podemos destacar que desde el año 1967 se edita el “Boletín”, en la actualidad con una periodicidad cuatrimestral, donde se muestran proyectos, informes, actividades, etc. Además, se ha hecho una línea de publicaciones sobre temas monográficos, los “folletos informativos”, así como todos los materiales que preparamos para cada campaña anual.
Las actividades formativas y educativas, dirigidas tanto a la educación formal como no formal, copan muchos de nuestros esfuerzos, pues si queremos cambiar el mundo hay que empezar por los más pequeños. Para ello preparamos materiales para los niveles de educación formal de Infantil, Primaria y Secundaria. Mención especial merece la actividad del Festival de Clipmetrajes, que llevamos desarrollando desde hace diez años, en la que pedimos a los alumnos y profesores que trabajen juntos sobre el tema de la campaña, y plasmen esas reflexiones en un vídeo de un minuto. Los resultados son sorprendentes, sobre todo ver como los más pequeños tienen una visión tan profunda y clara de los problemas que les mostramos.
Este Festival de Clipmetrajes se concibe también para jóvenes, estudiantes de escuelas de cine, periodismo, etc., a los que se anima a participar, siendo uno de los materiales de sensibilización más efectivos en la actualidad.
En el ámbito de la educación no formal, organizamos talleres, cursos, mesas redondas, exposiciones, intentando llegar al mayor número de personas.
Las 72 delegaciones con las que cuenta Manos Unidas, aseguran la presencia en todo el territorio español, y nos ofrecen una oportunidad única de sensibilización.
Con las actividades de incidencia política, lo que buscamos es establecer cauces de diálogo con los poderes públicos, a fin de favorecer los necesarios cambios estructurales. Estas actividades las desarrollamos en la mayoría de las ocasiones a través de campañas con otras organizaciones nacionales o internacionales. En la actualidad, están en marcha dos: la campaña “Cambiemos por el planeta, cuidemos a las personas”, con CIDSE, coordinadora de organizaciones católicas europeas y norteamericanas; y “Si cuidas el planeta combates la pobreza”, con Enlázate por la Justicia, plataforma que agrupa las organizaciones católicas españolas que trabajan en cooperación. Ambas campañas se fundamentan en la carta encíclica Laudato Si’ del papa Francisco.