Con motivo del Sínodo para la Amazonía, entrevistamos a Monseñor Pinzón.
El 21 de febrero de 2013 el papa Benedicto XVI nombró a Mons. Joaquín Humberto Pinzón Güiza, superior regional de los Padres de la Consolata en Colombia-Ecuador, primer vicario apostólico de Puerto Leguízamo-Solano e igualmente lo nombró obispo titular de Ottocium.
El 20 de abril del mismo año, en la Catedral primada de Colombia, mons. Pinzón Güiza recibió la ordenación episcopal de manos del Arzobispo de Tunja mons. Luis Augusto Castro Quiroga, como consagrante principal, y del cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y mons. Francisco Javier Múnera Correa, Vicario Apostólico de San Vicente-Puerto Leguízamo.
El 4 de mayo de 2013, en la catedral Ntra. Sra. del Carmen del municipio de Puerto Leguízamo, Mons. Pinzón Guiza tomó posesión canónica del nuevo vicariato.
Manos Unidas tuvo la oportunidad de entrevistar a Monseñor Joaquín Pinzón con motivo del Sínodo, en la que resalta que "aun tratándose de un sínodo regional, pero con importancia y repercusión en la iglesia universal, debe ayudar a toda la humanidad a crecer en compromiso y cuidado con la casa común". Aquí os dejamos la entrevista:
Sínodo significa caminar juntos en un proceso de escucha, unidad y participación. Dicho ejercicio implica acoger el pasado, discernir el presente y mirar al futuro para profundizar la experiencia de la comunidad eclesial.
Cada sonido tiene un objetivo, en el caso del sínodo para la Amazonía, cuando el papa Francisco lo convocó manifestó que su cometido sería: “encontrar nuevos caminos para la evangelización de este Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, a menudo olvidados y sin perspectivas de un futuro sereno, también debido a la crisis de la foresta Amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro planeta”. A partir de esta propuesta se fue delineando la temática que hoy anima el proceso sinodal: “Amazonía nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”.
Para quienes habitamos en la Panamazonia el sínodo es visto como un momento de gracia que posibilita una mirada novedosa, amorosa y responsable hacia la Panamazonia.
Esperamos que genere una mayor identificación con el territorio por parte de sus pobladores. Identidad que debe volverse compromiso con el cuidado del mismo. Al mismo tiempo, este acontecimiento eclesial debe generar sensibilidad por el cuidado del territorio, que ayude a tomar conciencia ante fenómenos devastadores como la deforestación, la concesión por parte de los estados a proyectos mineros energéticos que contaminan y destruyen el ecosistema.
También está en juego el compromiso por la vida en todas sus manifestaciones, por los pueblos y sus culturas. Creemos que, aun tratándose de un sínodo regional, pero con importancia y repercusión en la iglesia universal, debe ayudar a toda la humanidad a crecer en compromiso y cuidado con la casa común.
Hasta no hace mucho tiempo la Amazonía era considerada como tierra de nadie, “última frontera” y por lo tanto territorio de escasez. Sin embargo, con el paso del tiempo la región ha ido despertando gran interés, y acaparando la atención debido en parte a sus riquezas naturales y a su valor geoestratégico y geopolítico. Lo anterior pone al territorio y a sus pobladores en una situación vulnerable.
La Iglesia que ha caminado por años en este contexto, quiere seguir presente y por ende ve necesario buscar nuevos caminos para hacerle frente a esta nueva realidad.
Viviendo en el contexto Amazónico es fácil percibir la particularidad de este territorio, con unas características propias. Por una parte, con una gran riqueza no solo en biodiversidad sino en muchos campos y, por otra parte, se trata de un territorio muy vulnerable cuando se alteran sus dinámicas. La variedad y la riqueza de sus pueblos, dispersos en la inmensidad del territorio, todos estos factores ameritan la búsqueda de nuevos caminos para la Iglesia. Caminos que posibiliten una mayor cercanía y acompañamiento a sus pueblos en el crecimiento en la fe, pero también en sus procesos y dinámicas de vida.
La riqueza de vida de la Panamazonia, paradigma de toda la obra creadora de Dios, nos debe estimular a hacer posible una ecología integral. La manera como sus pueblos se relacionan con el creador, con la obra creadora y con el hermano, debe servir como modelo para la humanidad, de tal manera que nos lleve a establecer relaciones respetuosas y de cuidado con nuestra casa común.
Hace poco tiempo, que hemos concluido el periodo de escucha vivido en el proceso del camino sinodal, en donde se ha puesto el documento preparatorio: “Amazonía, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, en el corazón de los pueblos y de las personas en la Amazonía. Dicho momento ha generado un sentimiento positivo en el corazón de la gente. Sus pueblos han sentido que no están solos en sus búsquedas, la Iglesia reitera su interés en caminar con ellos. Todo esto significa esperanza para ellos y fortaleza en el camino que están haciendo.
En un mundo donde hemos fracturado nuestras relaciones, y hemos dado prevalencia al consumismo, el utilitarismo, a la cultura del descarte, la ecología integral es una invitación a ver la realidad con otra mirada, de tal modo que nos lleve a reconstruir nuestras relaciones. Reconstruir nuestra relación con Dios que nos conduzca al encuentro con Jesús, que nos haga discípulos misioneros comprometidos con la vida. Reconstruir nuestras relaciones con nuestra casa común, superando la visión que considerar la obra creadora como materia prima para para explotar y sacar todo el provecho posible sin importar su destrucción. Reconstruir las relaciones con el hermano, superando la idea de considerar al hermano como un obstáculo en la consecución de nuestros propios intereses. Ecología integral, reconstrucción de las relaciones que no es otra cosa que la ecología del Reino.
El Papel de las ONG, en concreto papel de Manos Unidas, es muy importante en este proceso. El desafío es grande, y solos no podemos, es necesario juntar esfuerzos sobre todo de personas y organizaciones que tienen en el corazón esta causa. Si accionamos en red seremos más eficaces. Aprovecho para agradecer todo lo que como organización están haciendo, en pro de los nuevos caminos y de una ecología integral.