Emprendemos proyectos de emergencia junto con la población local.
Pincha en las fechas para conocer los proyectos aprobados por Manos Unidas en esos días:
Octubre 2020 | Septiembre 2020 | Agosto 2020 | Julio 2020 | 19 de junio de 2020 | 1 de junio de 2020 | 19 de mayo de 2020 | 6 de mayo de 2020 | 5 de mayo de 2020 | 23 de abril de 2020 | 7 de abril de 2020
Proyectos aprobados en OCTUBRE 2020
Proyectos aprobados en SEPTIEMBRE 2020
Proyectos aprobados en AGOSTO 2020
Proyectos aprobados en JULIO 2020
Proyectos aprobados el 19/06/2020
Proyectos aprobados el 01/06/2020
Proyectos aprobados el 19/05/2020
El coronavirus está atacando duramente al Ecuador, no solo desde el punto de vista sanitario, sino también debido al confinamiento. Además, en la región objetivo de este proyecto se dan dos agravantes adicionales: ser población indígena muy empobrecida y que su fuente principal de agua y alimentos sea el río, que en muchos casos ha sido contaminado. Por ello se trata de una de las poblaciones más vulnerables de Ecuador. Además, se da la triste casualidad de que, en este momento, ha habido un derrame de petróleo que ha contaminado los ríos Napo y Coca, poniendo en riesgo la vida de muchas personas en comunidades indígenas de las provincias de Sucumbíos y Orellana principalmente.
Para aliviar esta situación se propone esta iniciativa de emergencia, con una intención triple: 1.Prevenir la expansión del Coronavirus en la región mediante una importante campaña de educación y sensibilización entre los indígenas con el reparto de kits de bio-protección; 2.Disminuir los efectos de la crisis alimentaria provocada por la medidas de cuarentena a través del reparto de 1950 kits de alimentos básicos (arroz, lenteja, azúcar, aceite y otros) entre los más necesitados; y 3.Ayudar a 350 familias directamente damnificadas por la contaminación para que puedan recoger agua de las lluvias mediante reservorios familiares de plástico.
En 10 comunidades del municipio de Jiquilisco se han identificado a 177 familias (885 personas de promedio) en condiciones de extrema pobreza y alta necesidad, sin tierra para el cultivo y que dependen del trabajo jornalero e informal para poder vivir cada día. Por la situación de confinamiento y reducción de la movilidad, estas familias no están generando ningún ingreso diario que les permita la compra de alimentos ni de productos de higiene lo que agrava su vulnerabilidad y pone en riesgo, especialmente, aquellas familias que tienen personas mayores o enfermos crónicos a su cargo, sobre todo con enfermedades renales, muy prevalentes en la zona. También hay familias de madres solteras que carecen de ingresos y que no pueden salir a vender o trabajar a las cabeceras municipales.
Por todo ello, se solicita una ayuda de emergencia a Manos Unidas para poder atender a estas familias con alimentos de canasta básica (arroz, frijol, maíz, azúcar, avena, aceite, café, sal) y productos de higiene personal preventiva (mascarilla, alcohol gel, jabón antibacterial y lejía). La solicitud incluye también un plan de sensibilización sobre prevención de la enfermedad a través de boletines y videos. La distribución de los kits de emergencia se distribuirán casa a casa y durante la entrega se aprovechará para formar sobre prevención.
A la crisis del coronavirus se suma a la crisis permanente que vive el país, donde más el 70% de su población vive en situación de pobreza y extrema pobreza. Honduras es uno de los países más pobres de América Latina y la situación de pobreza se ha agravado especialmente en los suburbios de las ciudades más grandes como su capital, Tegucigalpa. Se han producido fuertes manifestaciones porque la gente no ha recibido ninguna ayuda por parte del Gobierno (salvo unas bolsas de comida para unos pocos de miles de personas). Este es el caso de Nueva Capital donde se llevará a cabo esta emergencia y que es una de las mayores zonas marginales de Tegucigalpa. La población son en su origen damnificados del huracán Mitch y, desde los últimos años, migrantes de zonas rurales en extrema pobreza. Sin servicios de agua, con cortes de luz permanente, viviendas sin condiciones de habitabilidad, sin calles asfaltadas, es el lugar propicio para la expansión del virus, pero sobre todo para la expansión del hambre cuando no hay opciones de salir a trabajar para ganarse unos lempiras diarios.
Este programa de ayuda humanitaria está encaminado a distribuir kits de alimentos para 1.620 familias en situación de alto riesgo (aprox. 8.100 personas). El plan de emergencia consiste en repartir 1620 kits de emergencia (arroz, frijoles, maseca, aceite, azúcar, harina de trigo, sopa, jabón para aseo personal, para ropa y para platos, cloro) a familias con muy altos niveles de necesidad. Este kit de emergencia tiene una duración de unos 3 y 4 semanas en función del tamaño de la familia.
Más del 75% de los hondureños viven de la economía informal. Con el confinamiento, la situación se ha agravado especialmente en los suburbios de las ciudades más grandes y en los territorios del corredor seco, especialmente en las comunidades indígenas chortis donde la desnutrición crónica es una de sus principales vulnerabilidades. Las familias indígenas chortí del Dpto. de Copán viven en situación de pobreza y extrema pobreza, desigualdad y exclusión.
Esta emergencia se llevará a cabo en 12 de estas comunidades indígenas chorti. El proyecto tiene dos ejes fundamentales: 1.- Apoyo con alimentos y productos de higiene básica a 310 familias, con productos de la canasta básica más relevantes para la dieta de las familias: harina de maíz, arroz, frijol, maíz, manteca, sal, leche, huevos, azúcar, embutidos, harina de trigo, café molido, pastas, pasta de tomate, sopas, avena. Además incluirá un kit de productos de limpieza e higiene que incluye gel antibacterial, jabón de lavar utensilios de cocina, jabón para ropa, jabón de baño, cloro, papel higiénico, detergente y mascarillas. A su vez cada familia recibirá un paquete de material de comunicación/sensibilización sobre el virus y sus síntomas, formas de contagio, medidas de prevención y protección, entre otros. 2.- Fortalecimiento de las medidas preventivas ante el por medio de la dotación de suministros de bioseguridad (mascarillas guantes, lentes de protección, desinfectantes, cloro, alcohol).
El Hospital San Carlos hace una labor fundamental en la zona más pobre de Chiapas, que es a su vez el estado más pobre de México. La mayoría de la población que se atiende en el Hospital es indígena, un 98% habla la lengua originaria o materna como el Tseltal, Tojolabal y Chol. A pesar de las carencias del hospital se atiende a toda persona que acude, siendo este su refugio de esperanza. El pago por las atenciones recibidas solo lo paga un 40% de los usuarios ya que se trata de población en extrema pobreza. Los que no pueden pagar en la mayoría de los casos pagan con aportaciones de sus cosechas o apoyan en la reparación de algún desperfecto en el hospital.
Esta situación geográfica y las características de marginación de la población preocupa mucho al personal del Hospital San Carlos ya que existe una alta probabilidad de que a medida que avance la pandemia el hospital se sature. Por otro lado, y dadas las altas cifras de contagios al personal sanitario se hace urgente fortalecer las medidas y equipos de protección al personal para evitar contagios que puedan originar aún mayor colapso. El proyecto busca contener a propagación del COVID-19 a través de medidas de prevención, atención médica y utilización de equipo de protección personal, para disminuir la morbimortalidad en pacientes que acuden al Hospital San Carlos.
El Chaco, donde se localiza este proyecto, es la región de Paraguay donde habitan muchos pueblos indígenas, antes dedicados principalmente a recolección y la caza, pero que, debido a la incursión de grandes haciendas, han sido desterrados en sus propios territorios ancestrales, por lo cual también en la actualidad varios pueblos están en largos procesos de litigio por la recuperación legal de sus tierras ante el Estado. Igualmente, cabe mencionar que Paraguay acaba de salir con muchas dificultades de la mayor epidemia de dengue que se ha tenido en las últimas dos décadas, donde se registraron oficialmente 27.597 casos comprobados en los últimos seis meses.
En este difícil contexto del Chaco, ahora agravado por la crisis del coronavirus, trabaja desde hace más de 25 años la Fundación Tierraviva, acompañando a estos pueblos indígenas en la reivindicación de sus derechos humanos. Desde que se ha decretado la emergencia sanitaria en el país, se pretende reducir significativamente el riesgo de desastre alimentario y sanitario en 34 comunidades indígenas del Bajo Chaco; esto permitirá que 5.500 personas cubran coyunturalmente sus necesidades alimentarias y reciban información coherente sobre los riesgos de la pandemia. Para ello se distribuirán a familias más vulnerables 1.584 kits de alimentos básicos (harina, fréjol, fariña, arroz, aceite y yerba mate) y 840 kits sanitarios (jabón, alcohol, lavandina y mascarillas), muchos de estos alimentos serán comprados de asociaciones de productores campesinos de otras zonas del país, quienes por las restricciones, tampoco pueden llegar a los mercados con sus productos.
Proyectos aprobados el 06/05/2020
La propuesta de emergencia tendrá lugar en las provincias de Cuenca y Azuay y se orienta a familias urbano marginales y rurales, que en la actualidad se encuentran en total estado de indefensión. Los objetivos del proyecto son: a) Impulsar acciones de ayuda mutua y solidaria entre las familias pobres del campo y la ciudad y de sensibilización ante el coronavirus en ambas provincias, para ello se apoyará a la agricultura familiar campesina para que se coordine con organizaciones populares urbanas para la provisión de alimentos; b) Hacer entrega de 2.200 kits de alimentos (arroz, azúcar, aceite, legumbres y otros) para las familias más pobres, y c) Apoyar la concientización para evitar nuevos contagios entregando algunos medios de protección (mascarillas, guantes, medios de desinfección) y materiales de difusión.
Convirtiendo un fin en un medio en un fin se plantea conseguir los insumos dentro de la economía popular solidaria (EPS) de manera que, a través de la creación de redes, en un solo proceso proveemos de alimentos a los damnificados que proceden, no de las grandes superficies o supermercados, sino de los productos generado por los pequeños agricultores, muchos de los cuales han sido beneficiarios de anteriores proyectos de Manos Unidas u otras ONGDs permitiendo que sus proyectos puedan resistir esta época de grandes restricciones a todo nivel.
El proyecto se llevará a cabo en 11 comunidades de las zonas urbanas marginales de la Ciudad de Guatemala que se caracterizan por altos niveles de pobreza, hacinamiento de viviendas, falta de acceso a agua y servicios mínimos y poblaciones formadas en su mayoría por familias monoparentales.
Se solicita a Manos Unidas ayuda de emergencia para atender a 175 familias (aprox. 800 personas) en situación de pobreza extrema compuesta en su mayoría por mujeres cabezas de familia, ancianos y discapacitados y mujeres que ejercen la prostitución. El proyecto trabajará en tres ejes: 1. Información: Elaboración y distribución de volantes, intervención en redes sociales y realización de llamadas telefónicas. 2. Asistencia: Distribución de bolsas de alimentos a 175 familias en riesgo y de un kit de higiene personal que contendrá una mascarilla para cada miembro de la familia, un galón de alcohol en gel y jabón antibacterial. Para sanitización del hogar se les proporcionará una bolsa de detergente en polvo y un galón. 3.Acompañamiento: Visitas programadas a las familias afectadas para conocer el estado de salud, dar apoyo emocional, evaluar si hay casos de violencia intrafamiliar y brindar herramientas para la convivencia pacífica y disminución del estrés.
Haití es uno de los países con mayores indicadores de pobreza y vulnerabilidad del mundo. En el Índice de Desarrollo Humano de 2019 ocupa el puesto 169 de 189 países. El 59% de sus 11 millones de habitantes vive por debajo del nivel de pobreza y entre ellos más de dos millones y medio de haitianos viven con menos de un dólar al día. El papel del Estado es prácticamente inexistente y el país se ha visto últimamente sometido a violentos disturbios que lo han mantenido paralizado durante meses.
Este proyecto tienes dos componentes fundamentales: por un lado, limitar la posibilidad de contagios mediante la sensibilización y la entrega de insumos de higiene y medicamentos básicos y, por otro, dar respuesta a la emergencia educativa y alimentaria de 1.000 familias vulnerables. Para ello, se prevén actividades de formación y sensibilización comunitaria, entrega de kits de higiene, limpieza y medicamentos, de medidas de protección a las organizaciones participantes, entrega de alimentos básicos y distribución de insumos educativos
Se solicita a Manos Unidas apoyo para poner en marcha una emergencia que ayude a paliar las necesidades alimenticias y preventivas frente a la COVID-19, de 500 familias (aprox. 2500 personas) que viven en condiciones de pobreza extrema, hacinamiento y hambre. Pertenecen a poblaciones marginales de la periferia de San Pedro Sula, siendo familias que padecen habitualmente extrema pobreza y con esta crisis ya no pueden buscarse el sustento diario.
La emergencia se articula en tres ejes: 1. La distribución de alimentos y productos de higiene de primera necesidad a 500 familias (frijoles, leche, azúcar, pastas, aceite, manteca, margarina, harinas trigo y maíz, fosforo y sal) y productos de higiene básica (pañales, toallas sanitarias, papel higiénico, cloro, detergente, jabón de ropa y platos). 2. La distribución a 500 familias de insumos básicos necesarios para evitar la difusión del virus COVID-19 (mascarillas, guantes, gel desinfectante, jabón antibacterial) 3. La entrega de medicamentos a adultos, niños y ancianos enfermos que no tienen recursos para adquirirlos y no pueden acceder a los centros de salud (pastillas Acetaminofen, Sertal, Metformina 850 mg, Colostomia, agua oxigenada, Peptobismol, Pharmenisona, Salbutamol).
Proyectos aprobados el 05/05/2020
Una de las barriadas más empobrecidas de Guayaquil es Monte Sinaí donde la pobreza y extrema pobreza alcanza a más del 60% de su población. Considerado como asentamiento humano irregular, y alejado de todo tipo de planificación municipal, existe una carencia absoluta de servicios básicos, no tiene agua potable, y el nivel de hacinamiento es muy alto, con lo cual se han dado muchas de las condiciones para la propagación de contagios y alto nivel de fallecimientos. Además, ahora a causa del confinamiento la situación de la población es insostenible porque no pueden salir a buscarse el sustento diario.
Mediante esta propuesta se pretende dar una respuesta inmediata a las necesidades urgentes de alimentación básica e insumos de protección para las familias en situación de mayor vulnerabilidad y riesgo. También se hará un trabajo de sensibilización y difusión en el marco de la salud comunitaria para prevenir más contagios. Se solicita apoyo a Manos Unidas para cubrir el costo de la compra de alimentos (fréjol, lenteja, arroz, aceite y otros), medios para la protección (alcohol en gel) e impresión de volantes para la sensibilización social, lo que supone el 88% del coste del proyecto.
La mayoría de las familias en Thomazeau malviven de la agricultura, incluso en situación normal no consiguen alimentarse adecuadamente. Ahora mismo ya no se permiten desplazamientos a otras comunidades a buscar alimentos o insumos, han agotado los productos de sus cosechas y necesitan semillas y plántulas para asegurar la alimentación en pocos meses. Por otro lado, existe un gran desconocimiento de la población de cara a prevenir la pandemia.
El proyecto prevé beneficiar directamente a 350 familias (1.750 personas) e indirectamente a 24.000 personas, aproximadamente la mitad de la población de la comuna. Las actividades pasan por la sensibilización masiva de la población, el reparto de kits de higiene y de alimentos, la instalación de puntos de lavado de manos, la desinfección de lugares públicos y hogares, la entrega de semillas y el acompañamiento a la producción agrícola y ganadera. Manos Unidas aporta el 100% del presupuesto.
Proyectos aprobados el 23/04/2020
La pandemia del coronavirus está en una etapa de fuerte expansión en América Latina, siendo Ecuador en la actualidad el segundo país más afectado en la región, especialmente en poblaciones periurbanas como las del Sur de Quito, que es donde se concentran las familias con más altos niveles de vulnerabilidad.
La propuesta de emergencia pretende hacer llegar durante 3 meses servicios de emergencia en alimentos de primera necesidad y atención médica primaria a 1.200 familias del Sur de Quito, las más vulnerables, de las cuales 823 están encabezadas por mujeres.
Para ello, mediante unidades móviles se entregará la asistencia de emergencia a las familias más necesitadas. Esta unidad móvil contará con la asistencia de un profesional médico y una enfermera, quienes se encargarán de realizar las visitas domiciliarias, la entrega de medicamentos básicos y la toma de muestras para los análisis de laboratorio, donde se incluyen 400 kit para la Covid-19.
Para hacer posible esta acción solidaria, nuestro socio local,Fundación Tierra Nueva, acude a Manos Unidas solicitando apoyo para la adquisición de alimentos básicos, medicamentos, insumos y servicios médicos (que supone el 65% del presupuesto). Y, por su parte la Fundación aportará el funcionamiento, la logística, parte del personal sanitario y la administración del proyecto (que representa el 35% restante del presupuesto).
Esta propuesta de emergencia, que se llevará a cabo en 20 comunidades del territorio xinca que abarca 3 departamentos del corredor seco de Guatemala (Jalapa, Jutiapa y Sta. Rosa), incorpora, además de la distribución de alimentos y productos higiénicos de primera necesidad y preventivos de la Covid-19, un proyecto relacionado con la soberanía alimentaria, ya que pretende reforzar la producción agroecológica de hortalizas para garantizar alimentos en las épocas más críticas.
Así, la organización Fundebase, socio local de Manos Unidas, nos solicita apoyo para poner en marcha una emergencia que ayude a paliar las necesidades alimenticias y preventivas frente a la Covid-19, de 400 familias (aprox. 2.000 personas) que viven en condiciones extremas. La emergencia, que tendrá una duración de 3 meses, se articula en tres ejes:
Manos Unidas aportará los fondos para la adquisición de los insumos agrícolas, alimenticios e higiénicos (86%) y el socio local cubrirá los costes de personal, funcionamiento y transporte (14%).
Más información sobre este proyecto de Fundebase en Guatemala
La República Dominicana es uno de los países más afectados por el coronavirus en América Latina y lo es especialmente en el entorno de su capital, Santo Domingo.
El proyecto de emergencia que nos ocupa y que lidera Fundación La Merced, nuestra contraparte local, se sitúa en las comunidades de la periferia de Santo Domingo y se destina a población de muy escasos recursos económicos que, en su mayoría, no tienen documentos oficiales de identidad o de residencia, pues son migrantes haitianos o descendientes de migrantes, por lo que quedan fuera de las posibles ayudas del gobierno.
El presente proyecto, de 6 meses de duración, se articula en torno a 4 ejes fundamentales: orientar a la población para evitar contagios y reconocer síntomas, garantizar el suministro de alimentos y productos de higiene, apoyar necesidades educativas infantiles y proporcionar atención de salud y apoyo psicosocial.
Para ello se realizarán campañas comunitarias con megafonía, se repartirán kits de higiene y alimentos, se acompañará a niños con materiales educativos y se llevarán a cabo operativos médicos y sociales, entre otras actividades.
Manos Unidas aportará un 82% del presupuesto, la gran mayoría del cual se destina a la adquisición de alimentos, kits de higiene y escolares y nuestra contraparte, Fundación La Merced, aportará el 18% restante del presupuesto a personal local y desplazamientos.
Proyectos aprobados el 07/04/2020
La Asociación Comunidad Esperanza (ACE), dirigida por el Padre Sergio Godoy, solicita a Manos Unidas apoyo para poner en marcha una emergencia que ayude a paliar el hambre de 250 familias (aprox. 1.500 personas) que viven en condiciones extremas.
Las fuentes de ingresos se basan en actividades del sector informal y en la búsqueda de residuos en el vertedero, además de ser familias numerosas y sin posibilidad alguna de cubrir sus carencias por causa del aislamiento y toque de queda impuesto por el Gobierno para frenar la expansión del coronavirus, así como por la caída de la economía en general.
La emergencia se articula en cuatro ejes:
Manos Unidas aportará los fondos para la adquisición de los alimentos y de los productos higiénicos (79%) y el socio local aportará el 21% de fondos restantes para pagar el personal, las meriendas nutricionales, los costes de funcionamiento y el transporte y adquisición de equipos de protección.