Leyre Crespo, joven de Manos Unidas participante en la Asamblea General de la UMOFC.
A lo largo de esta semana ha tenido lugar la Asamblea General de la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) en Asís. Manos Unidas ha estado presente colaborando de diversas maneras en el encuentro. Una de ellas ha sido con la participación y ayuda de la joven Leyre Crespo durante la organización del evento.
Mucho. Creo que es muy importante que en este evento haya representación joven porque, por un lado, aporta otro punto de vista y, por otro, permite a los jóvenes asistentes ampliar su visión de la Iglesia católica y conocer la forma en que otras personas, especialmente las de su misma edad, trabajan en sus lugares de origen.
Nuestra labor principal es ubicar a los participantes en los diferentes salones de trabajo y, posteriormente, repartirles los auriculares de traducción simultánea que van a utilizar. Esta labor la hemos realizado tanto en la Audiencia que tuvo lugar el pasado 13 de mayo, como en las sesiones de la Asamblea.
También hemos asistido a las distintas actividades que durante esta semana de asamblea se han organizado y durante los primeros días compartimos un breve testimonio de nuestra visión como jóvenes de la asamblea.
Sin duda haber conocido lo que realmente es la UMOFC. Creo que es una organización impresionante con la capacidad de aunar a otras organizaciones de todo el mundo y darles la oportunidad de apoyarse mutuamente y de poner en marcha proyectos comunes en diferentes continentes.
Estando aquí he tenido la oportunidad de conocer a mujeres de todo el mundo, con culturas, idiomas y costumbres muy diferentes entre sí, pero a la vez, con una fe y un proyecto común. Pasar tiempo con todas ellas, y en especial con el grupo de voluntarias jóvenes, me ha devuelto parte de la fuerza que a veces se pierde en la rutina.
Desde el primer momento me he sentido superacogida y escuchada y creo que este sentimiento es compartido por el resto de jóvenes que nos encontramos aquí.
Conocí Manos Unidas a través de mi familia y empecé a colaborar en rastrillos y actividades puntuales durante mi adolescencia hasta que terminé el instituto, cuando me hice voluntaria en la delegación de Santander.
Poco después entré al equipo de educación, donde hasta día de hoy, participo en los momentos más señalados del año, como en el Festival de Clipmetrajes. Gracias a una convivencia organizada con motivo de la COP26 entré en contacto con el grupo de jóvenes de Manos Unidas, y aquí sigo, esperando nuevas aventuras y aprendizajes.