Manos Unidas destina más de 2,5 millones a proteger los derechos de las niñas.
Desde que se designó el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña, Manos Unidas trabaja para proteger los derechos humanos de los más de 600 millones de niñas y adolescentes de 10 a 19 años que hay en el mundo.
Para paliar las injusticias que sufren tantas menores, la Organización ha destinado cerca de 2,5 millones de euros a proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida de estas niñas en diferentes regiones de Asia, África y América. Estos proyectos abarcan diversas áreas como: acceso a la salud (con programas que se centran en la higiene de las niñas, asegurando un entorno seguro y saludable); educación de calidad (con programas en escuelas de primaria) y empoderamiento socioeconómico (educación financiera), entre otras.
«Para estrechar la enorme brecha de desigualdad que separa, todavía, a hombres y mujeres –fundamentalmente en los países del Sur– es necesario garantizar a las niñas el acceso a una educación de calidad desde edad temprana», comparte María José Hernando, del Departamento de Estudios de Manos Unidas.
Y es que, actualmente, una de cada cinco niñas sigue sin terminar el primer ciclo de secundaria y casi cuatro de cada diez no terminan el segundo ciclo. También es amplia la brecha digital. Alrededor del 90 % de las adolescentes y mujeres jóvenes no utiliza Internet en los países de renta baja, mientras que sus compañeros varones tienen el doble de probabilidades de acceder a Internet.
Para Hernando, una mujer formada desde la infancia tendrá más oportunidades de poder manejarse con seguridad en el mundo digital y eso permitirá, además, que cada vez más mujeres se conviertan en agentes de cambio en sus familias, en sus comunidades y en sus países.
«Las mujeres y niñas serán, así, más conscientes de sus derechos y podrán reclamarlos para ellas y para otras mujeres de su entorno», declara.
Otros proyectos inciden en la prevención de la violencia contra mujeres y niñas, así como en garantizar su acceso a la justicia en caso de violencia. Y se trabaja para combatir la trata de personas y el matrimonio infantil, luchando para que las niñas no tengan que convertirse en madres antes de tiempo.
Las cifras son alarmantes: 1 de cada 4 chicas de entre 15 y 19 años ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida. El embarazo adolescente es una de las principales causas de mortalidad entre las adolescentes. Por si fuera poco, 7.1 millones de niñas se ven obligadas a realizar trabajo infantil, sobre todo, tareas domésticas.
El esfuerzo conjunto entre Manos Unidas y su socio local, Amautha, ve la luz con el proyecto de escuelas regionales de formación en derechos humanos para adolescentes en Cuzco, Perú.
Este tiene como objetivo principal fortalecer las capacidades de liderazgo y empoderamiento de adolescentes en esa región andina, para que puedan desafiar y superar el sistema patriarcal y luchar por sus derechos con libertad y autonomía. Se ha implementado en seis provincias: Paucartambo, Quispicanchi, Calca, Urubamba, Anta y Cuzco. Un total de 48 adolescentes se inscribieron en la primera promoción, de las cuales 42 participan activamente.
La mayoría de las participantes son bilingües (con lengua materna quechua) y residen en comunidades campesinas. Las edades van de los 12 a los 17 años.
La formación incluye temas como la historia de los derechos de las mujeres, ciudadanía y democracia, participación política, prevención de la violencia de género y habilidades de incidencia y portavocía, entre otros.
No hay duda de que las niñas de hoy serán las adultas de mañana. Protejamos sus derechos. Atender todas estas cuestiones es urgente y primordial para garantizar que las niñas tengan igualdad de oportunidades, acceso a una educación de calidad y una infancia segura y saludable.