Celebrado en Taizé (Francia) la semana pasada.
Del 16 al 19 de noviembre ha tenido lugar, en la comunidad de Taizé (Francia), y como preparación a la próxima COP28 de Dubai, la tercera edición del Retiro de Ecología y Espiritualidad organizado por Alianza Europea Laudato Si’ (ELSiA-European Laudato Si’ Alliance) a la que pertenece Manos Unidas a través de nuestra red internacional CIDSE.
En esta ocasión, el título del encuentro ha sido “Habilidades para la conversión ecológica: inspiración en el Ora et Labora” y en él ha participado por primera vez Manos Unidas, junto a otras 20 organizaciones y redes de 11 países europeos. En total 34 personas que han trabajado desde la regla de San Benito en profundidad y la relación de la economía con el desarrollo integral sostenible, hasta el maltrato animal o la necesidad e importancia del descanso, inspirados en el “Sabbath” de la tradición judía.
A ello se han sumado talleres prácticos y participativos en el que se ha podido ver el trabajo de la comunidad de Taizé con las abejas, la alfarería, sus huertos, o la organización de los residuos y energías. Y, por supuesto, la oración, a la que se le ha dado tres espacios a lo largo del día, con los rezos de la mañana, mediodía y noche, teniendo especial mención la adoración a la Santa Cruz el viernes, la ceremonia de la Luz la noche del sábado y, por supuesto, la Eucaristía del domingo.
La convivencia, los momentos de reflexión, debate, la sobriedad en la alimentación, esencialmente vegetariana, y la simplicidad del alojamiento, así como el trabajo en equipo y comunitario en las cuestiones domésticas de la logística, han sido otros aspectos interesantes a destacar en estos días. El lugar y el contexto no podía ser más adecuado: Taizé, un lugar en medio de la naturaleza y una comunidad reconocida en todo el mundo por su ecumenismo, su modo de orar con canciones y silencio y su contacto especial y acogida a la gente joven.
Y, precisamente en esta ocasión, el encuentro tuvo un sabor más joven gracias, entre otras cosas, a la presencia de dos jóvenes voluntarias de Manos Unidas: Lucía Rial (24 años, Manos Unidas Santiago de Compostela, bailarina profesional y profesora de baile) y Lucía Durán (20 años, Manos Unidas Sevilla, estudiante de Geografía e Historia y entrenadora y portera de fútbol femenino).
Ambas, acompañadas por Marta Isabel González, del Departamento de Campañas y Trabajo en Red, han aprovechado, disfrutado, aprendido y vivido intensamente toda la experiencia, además de ir compartiendo parte de su experiencia con fotos y videos en redes sociales, especialmente en la cuenta de Instagram @ManosUnidasYSostenibles y las de la Delegación de Santiago y Sevilla. Ellas mismas nos cuentan su experiencia a continuación.
Taizé me ha enseñado que tengo que respirar más, cambiar mi mundo interior para poder cambiar el exterior, que sin la paz no puede haber sostenibilidad y muchas cosas más. Me llevo muchas sensaciones y energías increíbles, la conexión con la tierra y las ganas de cuidarla, una energía me empujaba hacia ella, también la energía y amor que se respiraban en la iglesia, los cantos, TODO fue maravilloso e inspirador. Este retiro me ha servido también para darme cuenta de que amo mi “trabajo” bailar es mi pasión y, cuando los demás decían “it's too much labora”, como expresando que le daban mucho espacio al trabajo, y que necesitaban desconectar, yo pensaba “we need more ora”, necesitamos orar más; eso es lo que me hace más falta y voy a tratar de cambiar, encontrar el equilibrio entre trabajo, oración y descanso.
Y, sí, respondiendo, no a la duda, sino a la afirmación que algunos se hacen de "cambiando yo no va a cambiar el mundo así qué ¿para qué?", os digo que “a veces sólo una gota, puede vencer la sequía”.
Los momentos de oración fueron increíbles, la paz que se respira y te transmiten las personas que asisten, es algo de otro mundo, no podías evitar emocionarte y pensar tanto en lo bueno de tu vida como en lo malo y ver qué podrías cambiar.
La gente fue maravillosa, de muchas partes del mundo; algunos decían que habíamos llevado alegría y que ojalá viniesen más jóvenes el año que viene. Así que hago una llamada para los jóvenes que estéis interesados: adelante, es una experiencia tanto, ecológica como espiritualmente, que todos deberíamos vivir al menos una vez en la vida.
¿Qué más puedo hacer por los demás y el planeta? Aunque piense que hago lo que puedo, creo que siempre se puede hacer más e, incluso, compartir mis conocimientos con mis allegados.
El pasado fin de semana, hemos tenido la oportunidad de pasar tres días de convivencia en Taizé, con personas de todas las partes del planeta, con la intención de compartir un retiro de espiritual y con el foco puesto en la ecología y la situación real respecto a este punto, muy importante para nosotros, como seres humanos. Este retiro estaba basado en el lema “Ora et Labora” y sentaba las bases de todo lo que hacíamos en ello, buscando el equilibrio entre la oración y el trabajo para la comunidad. Ha sido muy enriquecedor compartir este retiro con compañeros de diversas partes del mundo, ya que nos ha permitido conocer diversas experiencias, realidades y puntos de vista.
A nivel espiritual y personal, este retiro me ha servido de mucho, y he tenido la oportunidad de conocerme mejor. Me llevo conmigo muchas reflexiones propias y, en realidad, más preguntas que respuestas: ¿lo estoy haciendo bien?, ¿qué más puedo hacer? ¿es suficiente con esto? ¿de verdad puedo hacer más? ¿estoy dispuesta a hacer este cambio en mi vida? ¿tengo la fuerza de voluntad para cambiar? ¿podré soportar la frustración del cambio? Estas preguntas me han bombardeado la cabeza durante estos tres días.
Las dificultades reales que residen en el cambio son las que asustan, el tener que cambiar modos de vida, hábitos, y “normalidades” que ya teníamos asumidas y programadas, da miedo. Hay que tener mucha fuerza de voluntad, no sólo para ejercer tu propio cambio, sino para poder predicar con el ejemplo y llevarlo a los demás.
Pero si tuviera que destacar algo, destacaría la frase que ha marcado el encuentro: "es más fácil decir lo que haces, que hacer lo que dices". Y es por ello por lo que debemos actuar más, que todo lo aprendido y reflexionado no se quede en olvido, y predicar con ello y con nuestro ejemplo, llevarlo a nuestro día a día, con nuestras familias, amigos, parroquias y comunidades, compartirlo con ellos, enseñar y actuar.
¡Son tantos los cambios que debemos de hacer como sociedad! Pero primero debemos empezar como sujetos propios. Debemos empezar a poner nuestro propio granito de arena para poder crear una montaña todos juntos.