El clima y los conflictos son las principales causas del hambre, según la ONU

Las declaraciones de Antonio Guterres alertan del aumento del hambre.

Mujer anciana en un mercado de la ciudad de Wukro (Tigray). Foto: Manos Unidas/Marta Carreño

El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, denunció este martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU el aumento del hambre en el mundo. Un incremento derivado, fundamentalmente, de los desastres climáticos y de la proliferación de conflictos en todo el mundo. «Los países deben actuar ya para romper “el vínculo mortal” entre los conflictos, el clima y la inseguridad alimentaria», declaró Guterres.

Para el secretario general de las Naciones Unidas el caos climático y las crisis alimentarias son amenazas graves y crecientes para la paz y la seguridad mundiales, porque agravan las desigualdades, ponen en peligro los medios de subsistencia y obligan a la gente a abandonar sus hogares y, también, son dos de las principales causas de la crisis alimentaria mundial y «los estómagos vacíos avivan la agitación», advirtió.

El efecto ser humano

En la reciente presentación de la Campaña anual de Manos Unidas, «El Efecto Ser Humano», Cecilia Pilar, presidenta de la organización, hizo mención a cómo la crisis climática producida por la acción humana, fundamentalmente de los países del Norte, está llevando a situaciones límite a las personas más vulnerables de los países del Sur, que son los que menos han contribuído a esta crisis.

«Nuestro planeta sufre el maltrato al que lo sometemos los seres humanos y lleva años advirtiéndonos de que así no podemos seguir. Que está ya al límite… Nuestra actividad económica genera desigualdad y pobreza en los países más pobres. Y hambre… Ese terrible fracaso para la humanidad que pone en riesgo la vida de los 735 millones de personas que la padecen».

«Nosotros, que trabajamos en 51 países del mundo, vemos como estos cambios están afectando ya a las personas más pobres».

Solo en 2023, Manos Unidas destinó más de 1,8 millones de euros a proyectos de emergencia, muchos de los cuales tenían como fin ayudar a las personas víctimas de desastres naturales, de sequías, inundaciones y de hambre.

«Allí donde arrecia la guerra, reina el hambre, ya sea por el desplazamiento de personas, destrucción de agricultura, daños a infraestructuras o políticas deliberadas de privación», sentenció Guterres.

Mujeres indígenas bolivianas. Foto: Manos Unidas ONG/Ana Pérez
Venta de productos de la huerta por parte de un grupo de mujeres indígenas bolivianas. Foto: Manos Unidas ONG/Ana Pérez.

El trabajo de Manos Unidas en la lucha contra el hambre en el mundo

Manos Unidas impulsa proyectos de cooperación al desarrollo que promueven una producción y consumo de alimentos más sostenible y que permiten, a su vez, mejorar la calidad de vida de los pequeños agricultores.

Además, propone medios eficaces para combatir la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Y acompaña cientos de proyectos, financiándolos y apoyando tanto a las personas que los lideran como a las comunidades que participan en ellos. Proyectos de agroecología a fin de que la obtención de alimentos se produzca con unas prácticas respetuosas con el medioambiente, donde se garanticen los derechos de trabajadores y trabajadoras, se cuide la tierra y el agua, y se empodere a las mujeres.

En España, se realiza actividades de educación para el desarrollo, que promueven la conciencia y la participación responsable de la sociedad en las iniciativas que permiten construir justicia y solidaridad.

En el año 2022 Manos Unidas aprobó 106 proyectos, por importe de 8,5 millones de euros, destinados a garantizar la alimentación y los medios de vida de 124.500 personas.

¿Cómo trabaja Manos Unidas para garantizar la seguridad alimentaria?

  1. Nuestros proyectos defienden el derecho a una alimentación sana, nutritiva y suficiente que pongan fin a todas las formas de malnutrición.
  2. Además, promueven sistemas de producción con enfoque agroecológico.
  3. Y apoyan a los pequeños productores mediante la diversificación de cultivos y productos, la modernización de explotaciones agropecuarias familiares o comunitarias y la mejora de técnicas de transformación y comercialización.
  4. Todo ello, poniendo especial énfasis en el cuidado del medio ambiente, mediante la promoción de sistemas productivos sostenibles y apoyando la economía social participativa y los emprendimientos que buscan la producción sostenible y el comercio justo, para mejorar la calidad de vida de las familias vulnerables con prácticas de equidad.

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