Celebramos nuestro primer Encuentro Nacional de Miembros

Este año bajo el lema «Venid y veréis: vocación y compromiso».

Invitación I Encuentro de Miembros- Javier Mármol

El objetivo de este encuentro ha sido profundizar en el compromiso personal de los miembros de Manos Unidas como cristianos que viven su fe comunitariamente, con coherencia y con espíritu eclesiástico. La figura de los miembros de Manos Unidas es fundamental para la vida de la organización y queda recogida en sus estatutos.

El pasado mes de abril, desde Manos Unidas celebramos nuestro primer Encuentro Nacional de Miembros en dos sesiones que se han realizado en formato on-line. Durante dichas sesiones, se ha trabajado y reflexionado sobre el papel e importancia de los miembros en la organización.

Cecilia Pilar Gracia, presidenta de Manos Unidas, inauguró el encuentro recalcando la fuerte conexión que existe entre la organización y la Iglesia católica española: «Manos Unidas es la asociación de la Iglesia católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo de los países más vulnerables, y esto se concreta en un fin: acabar con el hambre en el mundo y las causas que la provocan. Pero también somos una asociación pública de fieles, esto significa que la Iglesia asume esta labor como propia y ahí es donde reside nuestra mayor fortaleza».

«Ser miembro de Manos Unidas es un ejercicio de gran responsabilidad y generosidad para asumir la misión que Dios nos pide como laicos comprometidos: iluminar el mundo mediante el testimonio evangélico, la palabra y la acción de nuestra forma de vivir, lo que ahora es más importante que nunca», apuntó Cecilia Pilar.

Con este evento se ha tratado también de difundir la necesidad que tiene Manos Unidas de contar con nuevos miembros que den impulso a la organización para luchar contra el hambre, la pobreza y la desigualdad. Monseñor Santos Montoya Torres, obispo de Calahorra y la Calzada-Logroño, consiliario nacional de la ONG, agradeció el compromiso de los miembros de la misma en su trabajo diario por los más empobrecidos, animando a la misión como laicos en el mundo y, de forma particular, desde Manos Unidas.

Intervención de Eva Fernández, presidenta de Acción Católica, en el I Encuentro Nacional de Miembros de Manos Unidas. 

La primera jornada del encuentro, retransmitida por YouTube, fue seguida por más de 1200 personas. En dicha sesión, Eva Fernández, presidenta de Acción Católica General, intervino para hablar sobre la importancia que tiene que los laicos vivan en comunidad: «Tenemos la responsabilidad de concienciar a muchos laicos de nuestras parroquias de que tenemos una misión, una tarea original, insustituible».

«El laicado asociado es un signo de comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo. Vuestra labor y vuestro servicio en Manos Unidas hace que muchas personas de vuestro entorno se hagan preguntas sobre por qué dedicáis vuestro tiempo a Manos Unidas y qué hay detrás. Eso es una oportunidad preciosa para dar a conocer a Cristo a los demás», concluyó.

La segunda jornada estuvo dedicada al discernimiento, respondiendo los participantes a cuestiones fundamentales que profundizan en su compromiso personal como cristianos que viven su fe comunitariamente, con coherencia y con espíritu eclesial. Con este evento se ha tratado también de difundir la necesidad que tiene Manos Unidas de contar con nuevos miembros que den impulso a la organización para luchar contra el hambre, la pobreza y la desigualdad.

Toda asociación católica tiene su raíz en la promesa de Jesucristo: «cuando dos o más estéis reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de vosotros» (Mt. 18, 20). Este es el tesoro de Manos Unidas: tener esa presencia real, profunda y transformadora que procura mayor plenitud y felicidad a cada uno de sus miembros en favor de la humanidad. De ahí, la importancia de la celebración de la Eucaristía en su sede, la existencia de grupos de formación cristiana para los miembros, los eventos de oración comunitaria, etc.

Manos Unidas está llamada a ser un medio de santificación para cualquier persona que se incorpore a ella. Como institución eclesial tiene la misión de enriquecer a toda la Iglesia con su carisma particular en favor de los hambrientos de la humanidad.

Por ello, Manos Unidas no es solo una plataforma para la sensibilización y el desarrollo integral de las personas en los países del Sur, sino también por ser asociación pública de fieles. Es un camino para todos los que quieran crecer como verdaderos cristianos en esta particular vocación que encarna singularmente aquella profunda promesa de Cristo: «tuve hambre y me distéis de comer… cuando lo hicisteis con uno de estos mis pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt. 25, 35-40).

Manos Unidas cuenta con una doble personalidad jurídica tanto religiosa como civil. Sin embargo, solo la naturaleza religiosa es la que le da existencia y razón de ser. En ese sentido, es la Iglesia católica quien crea o reconoce sus propias entidades religiosas, las cuales son reguladas por el Concilio Vaticano II y el derecho canónico. A su vez, estas entidades son reconocidas por el Estado español en virtud del acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede de 1979 para que puedan operar en nuestro territorio.

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