Cada año se desperdicia 1.300 millones de toneladas de alimentos en el mundo

Asistimos a la 2.ª sesión del Seminario de Ecología integral. 

Seminario de Ecología Integral- Agricultura Sostenible y Cambio Climático

El pasado 18 de junio se celebró la segunda sesión del Seminario de Ecología Integral, que tuvimos la oportunidad de coorganizar junto con Enlázate por la Justicia y otras organizaciones. El coloquio, establecido por el Departamento de Ecología Integral de la CEE, trata de reflexionar sobre cómo construir un modelo de producción agrícola más sostenible y justo con el medio ambiente.  

El Seminario de Ecología Integral aborda la urgente necesidad de cuidar nuestra Casa Común, tal y como propone la encíclica Laudato si.

Las organizaciones y entidades eclesiales involucradas en el seminario han incentivado una reflexión sobre la necesidad de establecer un modelo agroalimentario más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, observando cómo el cambio climático ha afectado a la industria agrícola.

En esta segunda sesión hemos contado con la participación de diversos especialistas como Gabriel Trenzado, director general de Cooperativas Agroalimentarias, José Esquinas, expresidente del Comité de ética de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).  

Además, hemos podido escuchar la ponencia de Óscar Bazoberry Chali, coordinador del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS) y antiguo socio local de Manos Unidas, que ha intervenido con respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su conexión con la agricultura. 

Las consecuencias climáticas se visten de desigualdad  

Bazoberry, sociólogo e investigador, hizo especial hincapié en la todavía presente falta de resultados por parte de las acciones cometidas para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  

Si bien asegura que con los ODS se ha intensificado la escolaridad y el cuidado de la sanidad infantil en las regiones indígenas campesinas de Sudamérica, según el especialista, «los ODS no han logrado ajustarse a las condiciones ecológicas de cada región». 

Los objetivos establecidos por Naciones Unidas han incentivado un crecimiento masivo de la principal producción agrícola en Sudamérica, la soja, que ha pasado de menos de un millón a más de 60 millones de hectáreas cultivadas. No obstante, el investigador asegura que se ha producido un cambio en la matriz productiva del territorio.

«Los cultivos que son de base campesina como la papa, la yuca o el arroz están disminuyendo, por lo que intentamos trabajar para que las condiciones se reviertan en favor de una producción campesina».

Además, Bazoberry recalca las preocupantes cifras de inseguridad alimentaria que siguen debilitando el territorio. «La población en Sudamérica que vive en condiciones de inseguridad alimentaria o mala alimentación es mayor a toda la población que existía en 1930 en nuestros países».

La concienciación: un recurso esencial para cuidar el planeta 

El especialista subrayó la importancia de considerar el concepto de las tierras colectivas, que suponen los campos de producción y espacios de convivencia colectivos con los elementos naturales, y que constituyen un tercio del total de la superficie sudamericana. Bazoberry resalta que esta colectividad de las tierras no se considera en las ODS, pero que el cambio climático afecta a esta idea de territorialidad colectiva.  

El coordinador del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica insiste en la necesidad de concienciación y espacios de diálogo sobre el desarrollo sostenible. «En esta interrelación de especies, resulta muy complicado para las poblaciones locales conocer lo que está sucediendo. Pensamos que el diálogo de conocimientos es una tarea urgente y necesaria». 

 

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