«Yo me encargo de todas las responsabilidades del hogar: voy a la granja, hago las tareas de la casa, me ocupo de los gastos alimenticios, médicos y educativos de nuestros hijos y cocino para él. Lo único que él hace es salir, beber, volver borracho y, en la mayoría de los casos, maltratarme».
Estas son las palabras de Mary Mbiamo, que, como la mayoría de las mujeres de Misaje, sufre a diario violencia machista y que ha entrado a formar parte del proyecto de concienciación y capacitación de la mujer y la niña que SHUMAS (Strategic Humanitarian Services), en colaboración con Manos Unidas, ha realizado en la población de Misaje, en Camerún.
El de Mary Mbiamo no es un caso aislado en una sociedad. Verónica Kashi también lo sufrió:
«De donde vengo, los maridos usualmente maltratan gravemente a sus mujeres y, a menudo, en las peores situaciones, consideran a la mujer una esclava», explica.
Porque en Misaje, donde imperan la pobreza y la falta de recurosos, la violencia machista resulta un problema estructural. Y para hacer frente a esta lacra, es necesaria una acción colectiva de concienciación y sensibilización con respecto a la igualdad de género y los derechos fundamentales de las mujeres. Algo que solo se consigue con una formación adecuada como la que ofrece el proyecto que lleva a cabo SHUMAS, socio local de Manos Unidas en Camerún.
«Gracias a ello, aseguran desde SHUMAS, hemos logrado que muchas mujeres tomen conciencia de sus derechos».
Como Kashi, que afrima que con lo que ha aprendido en este proyecto, «será capaz de educar a otras mujeres sobre sus derechos».
Hadiza, joven participante en las sesiones de sensibilización en materia de derechos fundamentales e igualdad de género que incluye el proyecto, ya es capaz de alzar la contra de la violencia de género: «Nosotras, como mujeres, también tenemos derechos y debemos ser respetadas, no tratadas como la propiedad de nuestros maridos».
Esta es solo una parte del proyecto de concienciación y capacitación de la mujer y la niña que que Manos Unidas y SHUMAS llevan a cabo en Misaje.
Un programa que, además, está dando formación a un total de 100 mujeres en la cría de gallinas ponedoras, técnicas agrícolas sostenibles para el cultivo y en gestión y comercialización de la producción. Estas mujeres recibirán cursos de alfabetización y de nutrición e higiene.
Las beneficiarias aportan su tiempo asistiendo a los talleres y su trabajo en el campo y construyendo sus gallineros y llevando el cultivo sobre el terreno que se ha cedido a cada una, aportado por el rey local o Fon. Manos Unidas se ha hecho cargo de la compra de insumos como gallinas, semillas de calidad y equipamiento, así como parte de los gastos de personal, servicios profesionales y funcionamiento.
Tras los doce meses que dura la formación, las 100 agricultoras beneficiarias de este proyecto tendrán una semilla más de esperanza para poder llevar a sus familias adelante, además de un mayor conocimiento sobre los derechos que les amparan.