Junto a la Congregación de San Francisco de Sales ofrecemos un futuro a los niños de Makululu.
En Makululu, uno de los suburbios más difíciles de Kabwe, Zambia, residen 80.000 personas en condiciones de extrema pobreza; de estas, el 52% son niños. Desde temprana edad, muchos de estos niños venden en las calles para generar un dinero extra para la subsistencia de sus familias. Son los llamados niños de la calle.
Manos Unidas, junto a su socio local, buscan mejorar la vida de estos niños a través de un proyecto educativo con el que buscan ofrecerles una oportunidad de futuro. El principal objetivo es garantizar el derecho a una educación equitativa y de calidad en la Diócesis de Kabwe.
La situación en Makululu, Kabwe y Zambia
Makululu es considerado como un asentamiento “no planificado”, por lo que no dispone de escuelas, centros sanitarios, agua potable ni infraestructuras básicas. En esta zona, la mayoría de las personas viven de la agricultura de subsistencia y del pequeño comercio en pequeños mercados locales. El 75 % de los habitantes no están alfabetizados. Además, la zona tiene un alto porcentaje de muertes por HIV que, sumado a las familias rotas debido al abuso de alcohol, drogas y falta de empleo, ha dado como resultado un crecimiento del número de huérfanos. La falta de espacio en las escuelas (solo hay tres de secundaria con 60 a 140 alumnos por clase) y la alta tasa de analfabetismo complican aún más su futuro.
En Kabwe, conocida históricamente por su actividad minera, se ha producido un aumento del desempleo en los últimos años provocado por el cierre de las minas. Esto ha llevado a muchas familias a no poder mantener a sus hijos.
Con 19,5 millones de habitantes, Zambia enfrenta grandes desafíos económicos. Según los datos publicados más recientes, el 57% de su población vive por debajo del umbral de pobreza, cifra que se eleva al 77% en áreas rurales y suburbios.
Desde 2017, la Congregación de San Francisco de Sales ha trabajado en el proyecto de educación primaria y secundaria de calidad (Ciloto, cuyo significado es “sueño”) para mejorar las condiciones de vida de estos menores en situación de vulnerabilidad. Este programa se centra en los niños más necesitados, ofreciendo educación gratuita y aceptando a estudiantes mayores de la edad habitual. Además, cabe destacar que Makululu es la única escuela en la zona que acepta niños y jóvenes que no han sido previamente escolarizados.
Actualmente, más de 900 alumnos asisten a la escuela primaria y 325 a la secundaria, que está en proceso de duplicar su capacidad.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es su enfoque en la reintegración de los "niños de la calle". A través de un programa de rehabilitación y educación, se busca ayudar a estos niños a regresar con sus familias, a retomar sus estudios y prepararse para optar a un futuro mejor.
Hasta la fecha, más de 180 niños han participado en el programa, y dos tercios han logrado reintegrarse con éxito.
David Changwe, un niño de 11 años que ha vivido en la calle desde los ocho, comparte su experiencia:
«Cuando mi madre murió y mi padre se volvió a casar sufrimos su abandono y me fui de casa a mendigar y esnifar pegamento, durmiendo en la calle. Conocí a uno de los oficiales de Ciloto y me habló de la posibilidad de ir a la escuela. Vi una oportunidad. Disfruto mucho en la escuela, pero la calle y mis amigos siguen siendo una tentación. He abandonado Ciloto dos veces, pero he vuelto y estoy feliz aquí».
2024 fue el Año de la Educación de la Unión Africana, en el que destacaron los esfuerzos de organizaciones internacionales por garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa en el continente. Según la UNESCO, “África sigue siendo el hogar de la mayor población no escolarizada del mundo, con 98 millones de personas en edad escolar sin asistir a la escuela. Casi 9 de cada 10 niños escolarizados no logran leer ni comprender un texto sencillo a la edad de 10 años”.
Sin embargo, a pesar de esta situación, la ayuda al desarrollo de la educación en África subsahariana disminuyó un 23% en el 2023. Para paliar estos efectos, se necesitaría contratar a 15 millones de docentes en África antes de 2030.
Desde Manos Unidas se es consciente de la importancia de la educación, por tratarse de una herramienta fundamental de progreso y desarrollo. Es por ello por lo que, de los proyectos desarrollados en el continente africano a lo largo de 2023, el 45% se centran en este eje de actividad, tal y como puede consultarse en la Memoria Anual de Manos Unidas.