Que yo me presente a delegado visibiliza el hecho de que los jóvenes de MMUU estamos dispuestos a asumir responsabilidades, cada uno en la medida de nuestro tiempo y nuestras capacidades. Evidentemente también tenemos retos por delante, y no me tomo a la ligera la responsabilidad que asumo; pero creo que este es un paso más para construir una Manos Unidas intergeneracional.
Mi historia con la Organización comienza en 2018, cuando el grupo de Acción Católica de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Vigo nos puso a mí y a algunos compañeros en contacto con un campamento sostenible que organizaba Manos Unidas. Para mi esa experiencia supuso un punto de inflexión. En Manos Unidas encontré una organización con una identidad católica muy clara que ponía el foco en cuestiones sociales: en acabar con las desigualdades, sí, pero también en la relación que estas tienen con cuestiones estructurales como la igualdad de género o el ecologismo; y capaz de juntar a un grupo tan plural (aunque con unas inquietudes muy parecidas) como era el grupo de jóvenes que formamos en el campamento de Mas de Noguera ese año. Así que, a la vuelta, nos inscribimos como voluntarios en Manos Unidas.
Desde ese momento, no he parado de aprender y de hacer cosas como voluntario. A comienzos de mi segundo año tuve la oportunidad de asistir, con una compañera, a un encuentro de jóvenes voluntarios de CIDSE, una red de ONGDs a la que Manos Unidas pertenece a nivel europeo. Confieso que me intimidaba un poco ser uno de los dos representantes del grupo de jóvenes nacional en aquel encuentro, pero también tenía claro que era una oportunidad importante para seguir creciendo como persona y como voluntario. Fue una experiencia muy enriquecedora, que nos dio la oportunidad de compartir experiencias e intercambiar ideas con jóvenes de toda Europa.
Dos años después, en 2020, empecé a asumir más responsabilidades dentro de mi delegación. Por ejemplo, aquel año, como parte de un proyecto de Educación para el Desarrollo compartido entre las delegaciones de Galicia, coordinado por la delegación de Santiago, organizamos la primera edición de la “Escola de Voluntariado de Manos Unidas Galicia”.
A finales de 2022 y la primera mitad de 2023 estuve involucrado en la elaboración de la Estrategia de Voluntariado Joven de MMUU, y llevó desde entonces muy vinculado a la misma.
Mi trayectoria de más de seis años en Manos Unidas me ha aportado cosas maravillosas, pero en concreto destacaría tres:
Por una parte, me ha dado la oportunidad de aportar mi grano de arena a la lucha contra la desigualdad, a través de actividades de concienciación y de educación para el desarrollo sostenible.
Por otro, me ha permitido crecer como persona y tomar conciencia de la realidad en la que vivimos desde otra perspectiva. En 2023 participé en Abriendo Fronteras, una actividad en la que un grupo de jóvenes pudimos conocer de cerca la realidad de la migración. Esa vivencia tan cercana, las historias con las que nos cruzamos y que pudimos transmitir al volver a nuestros lugares de origen, difícilmente las habría vivido de no participar de una organización como MMUU.
Por último, pero no menos importante, me ha dado la oportunidad de conocer a personas muy diversas, con inquietudes comunes y con ganas de convertir este mundo en un lugar mejor. He conocido gente de la que he aprendido mucho, he hecho amigos y he compartido mi experiencia. El poder pertenecer a un grupo como este es un regalo que nunca agradeceré lo suficiente.