Estamos en la aldea india de Bhale, localizada en una zona boscosa del distrito de Raigad, en el estado indio de Maharashtra. «En 2013, cuando Manos Unidas llegó por primera vez a esta aldea, una de las muchas a las que va dirigido el proyecto de "promoción de medios de vida alternativos y buena gobernanza para la población tribal de Raigad", nos encontramos con uno de esos lugares apenas visibles en los mapas, donde, como decimos en Manos Unidas, no llega casi nadie, salvo nuestros socios locales», explica Ana Luna, responsable de proyectos de la ONG en el oeste de India.
Las condiciones de vida de los habitantes de Bhale, formados principalmente por población tribal Katkari -una de las tribus más atrasadas de la India- eran, entonces, extremadamente precarias. Vivían sin agua potable, sin electricidad y sin caminos transitables. Las mujeres no participaban en las decisiones de la comunidad, los niños apenas asistían a la escuela, los hombres migraban a las ciudades en busca de empleos precarios y la mayoría de las familias no contaban con documentos oficiales.
«Ese año comenzamos a apoyar a la organización local Sarva Vikas Dee, que ya trabajaba estrechamente con esas comunidades para que pudieran ejercer sus derechos básicos y acceder a los recursos que ya existían, pero que, para ellos, eran casi inaccesibles por falta de información, formación o infraestructura», explica Luna.
Aunque el camino no fue fácil. Aislados y marginados ancestralmente, los Katkari recelaban de todos los foráneos que se acercaran a las comunidades. Los primeros pasos se dirigieron a «construir confianza» y, a partir de ahí, se empezó a trabajar por lo más urgente. «Conseguimos llevar el agua potable a las aldeas, ayudamos a tramitar documentación oficial como los carnets de identidad y de racionamiento; facilitamos a la población el acceso a los programas de vivienda y salud, y habilitamos un centro de atención a la infancia», enumera la responsable de proyectos de Manos Unidas en el oeste de India.
A lo largo de estos años, las comunidades han dado pasos significativos. Las mujeres, a quienes se dirige principalmente el proyecto, tanto por la marginación que sufren como por su capacidad para generar desarrollo en las comunidades, han creado grupos de autoayuda, que hoy impulsan actividades económicas como la agricultura, la pesca y el cultivo de anacardos.
Para Luna un buen ejemplo de todo esto es Lakshmi Vikas, uno de estos grupos de mujeres, que alquilaron tierras para cultivar verduras de temporada y venden su producción en los mercados cercanos, con buenos resultados. «La rentabilidad que obtienen con estas ventas han permitido a muchas familias invertir en la educación de sus hijos y mejorar su acceso a servicios de salud», celebra Luna.
Por otro lado, la creación de una cooperativa pesquera propia, el acceso a programas de seguridad alimentaria, la participación comunitaria, la mejora de la infraestructura básica: donde antes no había nada ahora hay caminos, electricidad, viviendas… son señales evidentes de que las cosas han cambiado. «Todas estas señales nos indican que las cosas han cambiado. Y han cambiado tanto que, en unas sociedades con culturas tan arraigadas, se ha acordado eliminar totalmente el matrimonio infantil», celebra responsable de proyectos de Manos Unidas en el oeste de India.
Lo conseguido en Bhale es ejemplo de los muchos esfuerzos similares que el proyecto está llevando a cabo en 105 aldeas de la región. Es el resultado de un trabajo sostenido en el tiempo, en el que las comunidades han sido siempre protagonistas de su propio desarrollo. «Y hoy, doce años después de nuestra primera visita a la zona, son ya más de 10.000 las personas que han recibido apoyo del proyecto».
Todavía son numerosos los desafíos pendientes. Hay que tener en cuenta que muchos miembros de la población indígena Katkari viven aun anclados en el pasado y el entorno que los rodea es cada vez más hostil para su supervivencia, «pero también es mucho lo que hemos avanzado junto a ellos por el camino del desarrollo. Y, ante eso, ya no hay marcha atrás», declara Ana Luna.
En India, alrededor de 104 millones de personas forman parte de comunidades tribales, lo que representa aproximadamente el 8,6 % de la población total del país. Aunque oficialmente se reconocen unas 705 comunidades como Tribus Registradas (Scheduled Tribes), existen muchos más grupos que, pese a reunir las condiciones para serlo, no han obtenido ese reconocimiento oficial. Esto implica que la cifra real de población indígena es probablemente mucho mayor. (*)
Estas comunidades se concentran principalmente en el noreste del país y en la llamada franja tribal central, que se extiende desde el estado de Rajastán hasta Bengala Occidental. Aunque el marco legal indio contempla diversos mecanismos de protección, como las disposiciones Quinta y Sexta de la Constitución, orientadas a garantizar su derecho al territorio y al autogobierno, en la práctica estos derechos son constantemente vulnerados o ignorados.
Las comunidades indígenas deben hacer frente a una larga lista de desafíos estructurales:
Además, la expropiación de tierras para proyectos empresariales o gubernamentales sigue siendo una de las principales causas de violación de derechos, que deja a miles de personas sin medios de vida ni garantías legales.
En los últimos 5 años, Manos Unidas ha aprobado un total de 71 proyectos, por un importe superior a los 3,3 millones de euros, destinados específicamente a la mejora de las condiciones de vida de población indígena en India. Más de 180.000 personas han recibido apoyo de estos proyectos destinados, principalmente, a garantizar la alimentación, los medios de vida y el acceso a la sanidad de una población que ve contantemente pisoteados sus derechos.
Fortalecimiento y desarrollo en Telangana
En el estado de Telangana, Manos Unidas ha impulsado un proyecto destinado a mejorar la calidad de vida y el respeto de los derechos básicos de la comunidad tribal en 127 comunidades de Khamman. Este proyecto se centra en el empoderamiento comunitario y la mejora socioeconómica, abordando aspectos como la educación, la salud y el fortalecimiento de la mujer.
Formación y capacitación de mujeres tribales en Chhattisgarh
En el distrito de Bastar, en el estado de Chhattisgarh, Manos Unidas ha desarrollado un proyecto enfocado en la formación y capacitación de mujeres tribales en 25 aldeas. La iniciativa busca hacer frente a la pobreza con la promoción de actividades generadoras de ingresos y mejorando la nutrición y la salud de las comunidades.
Atención médica y formación en salud preventiva en Manipur
En el estado de Manipur, Manos Unidas ha llevado a cabo un proyecto de atención médica y formación en salud preventiva en 12 aldeas tribales. El objetivo además de la tarea fundamental de sensibilización y concienciación, el proyecto facilita tratamiento médico a la población del distrito para mejorar tanto la salud individual como la colectiva. Son 3.500 los habitantes de estas aldeas, que tienen escaso o nulo acceso a información sanitaria, a la prevención y al tratamiento médico, los que reciben apoyo directo de este proyecto.
Reducción de la malnutrición infantil en Gujarat
En el estado de Gujarat, Manos Unidas ha apoyado un proyecto destinado a reducir la malnutrición infantil en 45 aldeas tribales. La iniciativa beneficia de forma directa a cerca de 2.000 niños de hasta 6 años y de manera indirecta a 400 familias. El proyecto incluye formación para trabajadores de salud, seguimiento de madres lactantes y niños, y la organización de huertos familiares y campamentos de inmunización.
Estos proyectos, que abordan diversas áreas como la salud, la educación, la nutrición y la capacitación de la mujer reflejan el compromiso de Manos Unidas con las comunidades tribales en India para mejorar sus condiciones de vida.